lunes, 31 de marzo de 2014

Receta: Quinua con Zanahoria y Brócoli


Libre de gluten

Libre de lácteos

Libre de azúcar

Permitido en la Dieta GFCFSF

Permitido en la Dieta Vegana

El plato de quinua favorito en mi casa. Muy fácil.

INGREDIENTES (para 3-4 porciones):

- 1 taza de quinua

- 2 tazas de agua

- 1 zanahoria grande

- 1 brócoli mediano

- para condimentar: sal (si la utiliza), levadura nutricional.




PASOS:


1. Pelar la zanahoria y rallarla en un rallador fino.


2. Cocinar la quinua junto con la zanahoria rallada en 2 tazas de agua (ver la receta para cocinar la quinua).





3. Lavar el brócoli y cocinarlo al vapor.



4. Cortar el brócoli cocido en pedazos pequeños.


5. Mezclar la quinua cocida con el brócoli cocido y cortado. Condimentar según su gusto.




 6. Servir caliente. Buen provecho!


Receta tomada de http://www.masalladelgluten.com/2014/03/quinua-con-zanahoria-y-brocoli-receta.html

viernes, 28 de marzo de 2014

Crear, No Combatir



No sea un ladrón de tumbas. Deje tranquilos a los cadáveres. A su debido tiempo la Naturaleza dispone de esos restos, si no se les perturba. 
Cada vez que usted desentierra un viejo agravio, o un antiguo error, recreándolo en su mente, o pero aún,contándoselo a alguien, no está haciendo otra cosa que ultrajando un sepulcro, y ya sabe lo que va a encontrar. 

Viva el presente. Rece positivamente por la solución de los problemas apremiantes. Prepárese inteligentemente para el futuro, y no perturbe el pasado. Pensar en el pasado equivale a la muerte. Cada vez que usted piensa en el pasado, fortalece hasta ese punto su creencia en las limitaciones del tiempo, se hace más viejo, más débil.

Formule hoy una ley para usted: No tocará mentalmente ninguna cosa negativa que haya ocurrido hasta ahora, y cumpla esa ley.

La vida es demasiado preciosa para dedicarse a robar tumbas. El pasado es pasado: suprímalo. 

Ese es el gran secreto para resolver los agravios, los yerros, y las decepciones: suprímalos. La forma de hacerlo es sencilla: 
bórrelos de su mente y niéguese a verlos como algo que existe actualmente. 

Si lo asalta un recuerdo negativo, incinérelo creando el pensamiento correcto ( el fuego del Amor Divino) y olvídelo.Como el presente es tan emocionante, tan interesante y el futuro es tan glorioso como a usted le gustaría que fuera, es tonto desperdiciar la sustancia de su alma en lo que en realidad está muerto.






No ofrezca resistencia 


Cuando usted presta atención a algo, lo que hace es crearlo en su consciencia, para bien o para mal.

Cuando usted afronta alguna situación negativa, la 

forma científica de afrontarla consiste en retirarle 

su atención mediante el procedimiento de crear 

su opuesto en su subconsciente. 

Cuando usted lo consiga, lo indeseable caerá al 

vacío como una fruta pasada. De William Penn se 

cuenta una anécdota maravillosa. Desde su infancia, 

William Penn estaba habituado aportar una espada a 

toda hora, porque en su época , esa arma formaba 

parte del atuendo de un caballero.

 Un día, se le ocurrió que la espada era incongruente 

con sus creencias cuáqueras, pero por otra parte 

sabía que se sentiría muy avergonzado por no llevarla.

Consultó a George Fox, aunque no dudaba que su líder le diría: “ Es algo malo. Debes dejar de usarla”.
Sin embargo, George Fox no le dío esa respuesta. Fox guardó silencio por un momento y al cabo dijo: “’ Lleva tu espada hasta que no puedas llevarla más”.
Aproximadamente un año después, Penn advirtió que llevar la espada sería más vergonzoso que andar sin ella, y le resultó muy fácil dejar de usarla.

No le quite a la gente las muletas ( o no se quite usted las suyas). Cuando no sean necesarias, desaparecerán. Disuelva la necesidad.

No combata su reuma, o sus deudas , o su trabajo 

desagradable, ni siquiera su mordacidad ( si usted 

es mordaz) En vez de eso cree salud, prosperidad, 

armonía, buen humor, en su consciencia, y lo 

indeseable desaparecerá.



Emmet Fox

miércoles, 26 de marzo de 2014

Para no vivir en vano...



Si consigo evitar que un corazón se rompa, no habré vivido en vano.
Si consigo aliviar el dolor de una vida, calmar una pena, o tan sólo que el zorzal desvalido vuelva a su nido, no habré vivido en vano.
Quien hace algo para ayudar sincera y gratuitamente a los demás, no ha vivido en vano.
Vive en vano solamente aquel que se cierra, estéril, en su egoísmo.
Aquel que pasa distraído a la vera de quien sufre.
Vive en vano el que sólo piensa en acaparar y nunca en compartir.
Nada de lo que hayas hecho en favor de los demás será inútil.
Al final de tu vida, lo que de verdad tendrá importancia será la ayuda que habrás prestado a los otros.
En el momento de la verdad, solamente los otros constituirán tu recompensa.

Al fin y al cabo, no olvido las palabras de aquel , (Jesús) , que dijo: “Hay más Felicidad en dar que en recibir”.


Anónimo

Luces de Alpiste





(Gentileza de Laura...)

Esta mañana volví a ver por tercera o cuarta vez a un vecino del barrio que en una actitud muy sospechosa cruzaba la calle con su bici mirando hacia todos lados, como si no quisiera que lo vieran....

Muchas de las personas que conozco, hubiesen cruzado de vereda sin dudas al verlo, porque tiene el pelo largo, barba.. ropa rara.. No es mi caso... no me alteran las apariencias...
.
Una vez me topé con sus penetrantes ojos verdes que me dieron una pista de que clase de alma yace bajo toda esa maraña de pelos.
Hoy descubri, la causa de su actitud sospechosa.

Esperó que no pasara nadie.... metió lentamente la mano en la canasta de su bicicleta.... y en un segundo, antes que las sacara... varias decenas de pájaros se tiraron en picada hacia él desde los árboles y una lluvia de alpiste cayó al piso.

Sonreia... Feliz!! como si no necesitara nada más en el día.
No quería que lo vieran... porque para esas cosas... para que ser visto?

Sonrei... me dio alivio estar cerca de su mundo...
Porque significa que yo, si pude verlo, después de todo.. no estoy tan lejos de sus palomas y sus gorriones.

VEMOS lo que CREAMOS con nuestros propios paradigmas.

Sonrei.. quedé colgada... y me vio un vecino...
Que por ahi...quien te dice... hubiese cruzado de vereda porque iba pintada como una puerta...

Pero no cruzó... vio que yo sonreia... y sonrió...
Hasta dónde habrá llegado me pregunto... la sonrisa de mi vecino?... pasando de boca en boca...?

Sentí que no necesitaba más nada por el resto del día en ese momento...
Excepto un poco de alpiste...
En que vereda elegiste estar hoy?

martes, 25 de marzo de 2014

Los niños aprenden lo que viven...



Si los niños conviven con las críticas,
aprenden a condenar.

Si los niños conviven con la hostilidad,
aprenden a pelear.

Si los niños conviven con el miedo,
aprenden a ser cobardes.

Si los niños conviven con la compasión,
aprenden a compadecerse de sí mismos.

Si los niños conviven con el ridículo,
aprenden a ser tímidos.

Si los niños conviven con los celos,
aprenden lo que es la envidia.

Si los niños conviven con la vergüenza,
aprenden a sentirse culpables.

Si los niños conviven con la tolerancia,
aprenden a ser pacientes.

Si los niños conviven con el estímulo,
aprenden a estar seguros de sí.

Si los niños conviven con el elogio,
aprenden a apreciar.

Si los niños conviven con la aprobación,
aprenden a gustarse a sí mismos.

Sí los niños conviven con la aceptación,
aprenden a encontrar amor en el mundo.

Si los niños conviven con el reconocimiento,
aprenden a tener un objetivo.

Si los niños conviven con la generosidad,
aprenden a ser generosos.

Si los niños conviven con la sinceridad y el equilibrio,
aprenden lo que son la verdad y la justicia.

Si los niños conviven con la seguridad,
aprenden a tener fe en sí mismos y en quienes los rodean.

Si los niños conviven con la amistad,
aprenden que el mundo es un bello lugar donde vivir.

Si los niños conviven con la serenidad,
aprenden a tener paz mental.

¿Con qué están conviviendo tus hijos?

Dorothy L. Nolte

Doctor: René Gerónimo Favaloro (Biografía)


 (La PlataArgentina,12 de julio de 1923 - Buenos AiresArgentina29 de julio de 2000) Fue un prestigioso Educador ymédico cardiocirujano argentino, reconocido mundialmente por ser quien realizó el primer bypass cardiaco en el mundo.





El Doctor RENÉ FAVALORO fue uno de los grandes genios de la medicina, uno de los más brillantes cirujanos toráxicos de la historia de esta especialidad y por supuesto en ciencia y pensamiento, un grande de Argentina. Residente de Cirugía en la Clínica Cleveland, desarrolló la técnica del By-Pass Aorto-Coronario. Allí trabajó codo a codo con Mason Sones, quien desarrolló la cinecoronariografía, estudio indispensable previo a la cirugía. Un trabajo de investigación que a comienzos de 1967, le llevo a pensar en la posibilidad de utilizar la vena safena en la cirugía coronaria. Llevó a la práctica sus ideas por primera vez en mayo de ese año. La estandarización de esta técnica, llamada del “bypass” o cirugía de revascularización miocárdica, fue el trabajo fundamental de su carrera, lo cual hizo que su prestigio trascendiera los límites de ese país, ya que el procedimiento cambió radicalmente la historia de la enfermedad coronaria. Con esa técnica puso la primera piedra para salvar miles de vidas, corazones... 




Sus Palabras....


"Ha llegado el momento, insisto, de detener el girar constante de nuestro planeta. Examinarlo, examinarnos, hacer el diagnóstico correcto y buscar todos juntos el tratamiento adecuado. Sólo lo lograremos si entendemos que estamos convocados por un compromiso ineludible: debemos luchar por una sociedad más justa y equitativa, sin prejuicios de ninguna índole. Sólo lo lograremos si no nos apartamos nunca de los lineamientos éticos basados en el respeto a la dignidad del hombre.
Debemos trabajar, trabajar y trabajar con pasión. Siempre habrá tiempo para el ocio fecundo, en beneficio de todos. Hemos de esforzarnos para mejorarnos individualmente pero entendiendo que formamos parte de una sociedad que demanda nuestra participación. Cuanto más destacada sea nuestra posición individual más grande será nuestro compromiso social. Ha llegado la hora de trabajar con humildad y modestia verdaderas. Hay que aprender a no marearse con las alturas de la montaña. En la montaña de la vida nunca se alcanza la cumbre.
(Mensaje de René Favaloro a los estudiantes reunidos en Glacier Park Lodge, Montana, Estados Unidos, 1993. De "Don Pedro y la educación")


LOS IDEALES QUE GUIARON SUS PASOS....





René Gerónimo Favaloro nació en 1923 en una casa humilde del barrio "El Mondongo" de La Plata.


René Favaloro nació y se crió la Ciudad de La Plata, Argentina junto a sus padres Juan Manuel Favaloro, un carpintero e Ida Raffaelli de Favaloro una modista.  A tan sólo una cuadra se levantaba el Hospital Policlínico como presagio de un destino que no se hizo esperar. Con apenas cuatro años de edad, Favaloro comenzó a manifestar su deseo de ser "doctor". 

Quizás la razón se debía a que de vez en cuando pasaba unos días en la casa de su tío médico, con quien tuvo oportunidad de conocer de cerca el trabajo en el consultorio y en las visitas domiciliarias; o quizás simplemente tenía una vocación de servicio, propia de la profesión médica.

Sin embargo, la esencia de su espíritu iba más allá de su vocación y era mucho más profunda: calaba en los valores que le fueron inculcando en su casa y en las instituciones donde estudió. Sobre esa base edificó su existencia.

Cursó la primaria en una modesta escuela de su barrio (ver foto), donde, con pocos recursos, se fomentaba el aprendizaje a través de la participación, el deber y la disciplina. Después de la escuela, pasaba las tardes en el taller de carpintería de su padre ebanista, quien le enseñó los secretos del oficio. En los veranos se transformaba en un obrero más. Gracias a sus padres -su madre era una habilidosa modista- aprendió a valorar el trabajo y el esfuerzo.

Su abuela materna le transmitió su amor por la tierra y la emoción al ver cuando las semillas comenzaban a dar sus frutos. A ella le dedicaría su tesis del doctorado: "A mi abuela Cesárea, que me enseñó a ver belleza hasta en una pobre rama seca" .

En 1936, después de un riguroso examen, Favaloro entró al Colegio Nacional de La Plata. Allí, docentes como Ezequiel Martínez Estrada y Pedro Henríquez Ureña le infundieron principios sólidos de profunda base humanística. Más allá de los conocimientos que adquirió, incorporó y afianzó ideales como libertad, justicia, ética, respeto, búsqueda de la verdad y participación social, que había que alcanzar con pasión, esfuerzo y sacrificio.

Un giro inesperado
Al finalizar la escuela secundaria ingresó en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata. En el tercer año comenzó las concurrencias al Hospital Policlínico y con ellas se acrecentó su vocación al tomar contacto por primera vez con los pacientes. Nunca se limitaba a cumplir con lo requerido por el programa, ya que, por las tardes, volvía para ver la evolución de los pacientes y conversar con ellos.

Mientras cursaba las materias correspondientes a su año, se entremezclaba con los alumnos de sexto año de las cátedras de Rodolfo Rossi o Egidio Mazzei, ambos titulares de Clínica Médica. También se escapaba a presenciar las operaciones de los profesores José María Mainetti , de quien captó su espíritu renovador, y Federico E. B. Christmann, de quien aprendió la simplificación y estandarización que aplicaría después a la cirugía cardiovascular, quizás la mayor contribución de Favaloro a las operaciones sobre el corazón y los grandes vasos. Sería Christmann quien diría, no sin razón, que para ser un buen cirujano había que ser un buen carpintero.

El hecho fundamental de su preparación profesional fue el practicantado (actual residencia) en el Hospital Policlínico, centro médico de una amplia zona de influencia. Allí se recibían los casos complicados de casi toda la provincia de Buenos Aires. En los dos años en que prácticamente vivió en el Hospital, Favaloro obtuvo un panorama general de todas las patologías y los tratamientos pero, sobre todo, aprendió a respetar a los enfermos, la mayoría de condición humilde. Como no quería desaprovechar la experiencia, con frecuencia permanecía en actividad durante 48 o 72 horas seguidas.

Todo hacía suponer que su futuro estaba allí, en el Hospital Policlínico, siguiendo los pasos de sus maestros. Casualmente, en 1949, apenas recibido, se produjo una vacante para médico auxiliar. Accedió al puesto en carácter interino y a los pocos meses lo llamaron para confirmarlo. Le pidieron que completara una tarjeta con sus datos; pero en el último renglón debía afirmar que aceptaba la doctrina del gobierno. El destino se ensañaba de manera incomprensible. Sus calificaciones eran mérito más que suficiente para obtener el puesto. Sin embargo, ese requisito resultaba humillante para alguien que, como él, había formado parte de movimientos universitarios que luchaban por mantener en nuestro país una línea democrática, de libertad y justicia, razón por la cual incluso había tenido que soportar la cárcel en alguna oportunidad. Poner la firma en esa tarjeta significaba traicionar todos sus principios. Contestó que lo pensaría, pero en realidad sabía con claridad cuál iba a ser la respuesta.

Conocer el alma del paciente para curar su cuerpo
Por ese entonces llegó una carta de un tío de Jacinto Aráuz, un pequeño pueblo de 3.500 habitantes en la zona desértica de La Pampa. Explicaba que el único médico que atendía la población, el doctor Dardo Rachou Vega, estaba enfermo y necesitaba viajar a Buenos Aires para su tratamiento. Le pedía a su sobrino René que lo reemplazara aunque más no fuera por dos o tres meses. La decisión no fue fácil. Pero al final Favaloro llegó a la conclusión de que unos pocos meses transcurren rápidamente y que, mientras tanto, era posible que cambiara la situación política.

Llegó a Jacinto Aráuz en mayo de 1950 y rápidamente trabó amistad con el doctor Rachou. Su enfermedad resultó ser un cáncer de pulmón. Falleció unos meses más tarde. Para ese entonces Favaloro ya se había compenetrado con las alegrías y sufrimientos de esa región apartada, donde la mayoría se dedicaba a las tareas rurales.

La vida de los pobladores era muy dura. Los caminos eran intransitables los días de lluvia; el calor, el viento y la arenisca eran insoportables en verano y el frío de las noches de invierno no perdonaba ni al cuerpo más resistente. Favaloro comenzó a interesarse por cada uno de sus pacientes, en los que procuraba ver su alma. De esa forma pudo llegar a conocer la causa profunda de sus padecimientos.

Al poco tiempo se sumó a la clínica su hermano, Juan José , médico también. Se integró muy pronto a la comunidad por su carácter afable, su gran capacidad de trabajo y dedicación a sus pacientes. Juntos pudieron compartir la labor e intercambiar opiniones sobre los casos más complicados.

Durante los años que ambos permanecieron en Jacinto Aráuz crearon un centro asistencial y elevaron el nivel social y educacional de la región. Sentían casi como una obligación el desafío de paliar la miseria que los rodeaba.

Con la ayuda de los maestros, los empleados de comercio y las comadronas, de a poco fueron logrando un cambio de actitud en la comunidad que permitió ir corrigiendo sus conductas. Así, lograron que casi desapareciera la mortalidad infantil de la zona, redujeron las infecciones en los partos y la desnutrición, organizaron un banco de sangre viviente con donantes que estaban disponibles cada vez que los necesitaban y realizaron charlas comunitarias en las que brindaban pautas para el cuidado de la salud.

El centro asistencial creció y cobró notoriedad en la zona. En alguna oportunidad Favaloro reflexionó sobre las razones de ese éxito. Sabía que habían procedido con honestidad y con la convicción de que el acto médico "debe estar rodeado de dignidad, igualdad, piedad cristiana, sacrificio, abnegación y renunciamiento" de acuerdo con la formación profesional y humanística que habían recibido en la Universidad Nacional de La Plata.

Renace la pasión por la cirugía torácica
Favaloro leía con interés las últimas publicaciones médicas y cada tanto volvía a La Plata para actualizar sus conocimientos. Quedaba impactado con las primeras intervenciones cardiovasculares: era la maravilla de una nueva era. Poco a poco fue renaciendo en él el entusiasmo por la cirugía torácica, a la vez que iba dándole forma a la idea de terminar con su práctica de médico rural y viajar a los Estados Unidos para hacer una especialización. Quería participar de la revolución y no ser un mero observador. En uno de sus viajes a La Plata le manifestó ese deseo al Profesor Mainetti, quien le aconsejó que el lugar indicado era la Cleveland Clinic.




La Cleveland Clinic cuando llegó Favaloro, en la década de 1960
Lo asaltaban miles de interrogantes, entre ellos el de abandonar doce años de medicina rural que tantas satisfacciones le habían dado. Pero pensó que al regresar de Estados Unidos su contribución a la comunidad podría ser aun mayor. Con pocos recursos y un inglés incipiente, se decidió a viajar a Cleveland. Otra vez, el breve tiempo que pensaba permanecer allí terminó siendo una década.

Trabajó primero como residente y luego como miembro del equipo de cirugía, en colaboración con los doctores Donald B. Effler (ver foto), jefe de cirugía cardiovascular, F. Mason Sones, Jr. (ver foto), a cargo del Laboratorio de Cineangiografía y William L. Proudfit (ver foto), jefe del Departamento de Cardiología.

Al principio la mayor parte de su trabajo se relacionaba con la enfermedad valvular y congénita. Pero su búsqueda del saber lo llevó por otros caminos. Todos los días, apenas terminaba su labor en la sala de cirugía, Favaloro pasaba horas y horas revisando cinecoronarioangiografías y estudiando la anatomía de las arterias coronarias y su relación con el músculo cardíaco. El laboratorio de Sones, padre de la arteriografía coronaria, tenía la colección más importante de cineangiografías de los Estados Unidos.


A comienzos de 1967, Favaloro comenzó a pensar en la posibilidad de utilizar la vena safena en la cirugía coronaria. Llevó a la práctica sus ideas por primera vez en mayo de ese año. La estandarización de esta técnica, llamada del bypass o cirugía de revascularización miocárdica, fue el trabajo fundamental de su carrera, lo cual hizo que su prestigio trascendiera los límites de ese país, ya que el procedimiento cambió radicalmente la historia de la enfermedad coronaria. Está detallado en profundidad en su libro Surgical Treatment on Coronary Arteriosclerosis, publicado en 1970 y editado en español con el nombre Tratamiento Quirúrgico de la Arteriosclerosis Coronaria . Hoy en día se realizan entre 600.000 y 700.000 cirugías de ese tipo por año solamente en los Estados Unidos.

Su aporte no fue casual sino el resultado de conocimientos profundos de su especialidad, de horas y horas de investigación y de intensa labor. Favaloro decía que su contribución no era personal sino el resultado de un equipo de trabajo que tenía como primer objetivo el bienestar del paciente.

Un centro de primer nivel en Buenos Aires
El profundo amor por su patria hizo que Favaloro decidiera regresar a la Argentina en 1971, con el sueño de desarrollar un centro de excelencia similar al de la Cleveland Clinic, que combinara la atención médica, la investigación y la educación, tal como lo dijo en su carta de renuncia a Effler:

"Una vez más el destino ha puesto sobre mis hombros una tarea difícil. Voy a dedicar el último tercio de mi vida a levantar un Departamento de Cirugía Torácica y Cardiovascular en Buenos Aires. En este momento en particular, las circunstancias indican que soy el único con la posibilidad de hacerlo. Ese Departamento estará dedicado, además de a la asistencia médica, a la educación de posgrado con residentes y fellows, a cursos de posgrado en Buenos Aires y en las ciudades más importantes del país, y a la investigación clínica. Como usted puede ver, seguiremos los principios de la Cleveland Clinic."
(De La Pampa a los Estados Unidos)

Con ese objetivo creó la Fundación Favaloro en 1975 junto con otros colaboradores y afianzó la labor que venía desarrollando desde su regreso al país. Uno de sus mayores orgullos fue el de haber formado más de cuatrocientos cincuenta residentes provenientes de todos los puntos de la Argentina y de América latina. Contribuyó a elevar el nivel de la especialidad en beneficio de los pacientes mediante innumerables cursos, seminarios y congresos organizados por la Fundación, entre los que se destaca Cardiología para el Consultante, que tiene lugar cada dos años.

En 1980 Favaloro creó el Laboratorio de Investigación Básica  -al que financió con dinero propio durante un largo período- que, en ese entonces, dependía del Departamento de Investigación y Docencia de la Fundación Favaloro. Con posterioridad, pasó a ser el Instituto de Investigación en Ciencias Básicas del Instituto Universitario de Ciencias Biomédicas, que, a su vez, dio lugar, en agosto de 1998, a la creación de la Universidad Favaloro. En la actualidad la universidad consta de una Facultad de Ciencias Médicas, donde se cursan dos carreras de grado -medicina (iniciada en 1993) y kinesiología y fisiatría (iniciada en 2000)- y una Facultad de Ingeniería, Ciencias Exactas y Naturales, donde se cursan tres carreras de ingeniería (iniciadas en 1999). Por su parte, la Secretaría de Posgrado desarrolló cursos, maestrías y carreras de especialización.

En la actualidad, la investigación abarca más de treinta campos en los que trabajan profesionales de distintas disciplinas -medicina, biología, veterinaria, matemática, ingeniería, etc.- en colaboración con los centros científicos más importantes de Europa y Estados Unidos. Se publicaron más de ciento cincuenta trabajos en revistas especializadas con arbitraje internacional.

En 1992 se inauguró en Buenos Aires el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro, entidad sin fines de lucro. Con el lema "tecnología de avanzada al servicio del humanismo médico" se brindan servicios altamente especializados en cardiología, cirugía cardiovascular y trasplante cardíaco , pulmonar , cardiopulmonar, hepático, renal y de médula ósea, además de otras áreas. Favaloro concentró allí su tarea, rodeado de un grupo selecto de profesionales.

Como en los tiempos de Jacinto Aráuz, siguió haciendo hincapié en la prevención de enfermedades y enseñando a sus pacientes reglas básicas de higiene que contribuyeran a disminuir las enfermedades y la tasa de mortalidad. Con ese objetivo se desarrollaron en la Fundación Favaloro estudios para la detección de enfermedades, diversidad de programas de prevención, como el curso para dejar de fumar, y se hicieron varias publicaciones para el público en general a través del Centro Editor de la Fundación Favaloro, que funcionó hasta 2000.

Pero Favaloro no se conformó con ayudar a resolver los problemas de esa necesidad básica que es la salud en cada persona en particular sino que también quiso contribuir a curar los males que aquejan a nuestra sociedad en conjunto. Jamás perdió oportunidad de denunciar problemas tales como la desocupación, la desigualdad, la pobreza, el armamentismo, la contaminación, la droga, la violencia, etc., convencido de que sólo cuando se conoce y se toma conciencia de un problema es posible subsanarlo o, aun mejor, prevenirlo.

Favaloro fue miembro activo de 26 sociedades, correspondiente de 4, y honorario de 43. Recibió innumerables distinciones internacionales entre las que se destacan: el Premio John Scott 1979, otorgado por la ciudad de Filadelfia, EE.UU; la creación de la Cátedra de Cirugía Cardiovascular "Dr René G. Favaloro" (Universidad de Tel Aviv, Israel, 1980); la distinción de la Fundación Conchita Rábago de Giménez Díaz (Madrid, España, 1982); el premio Maestro de la Medicina Argentina (1986); el premio Distinguished Alumnus Award de la Cleveland Clinic Foundation (1987); The Gairdner Foundation International Award, otorgado por la Gairdner Foundation (Toronto, Canadá, 1987); el Premio René Leriche 1989, otorgado por la Sociedad Internacional de Cirugía; el Gifted Teacher Award, otorgado por el Colegio Americano de Cardiología (1992); el Golden Plate Award de la American Academy of Achievement (1993); el Premio Príncipe Mahidol, otorgado por Su Majestad el Rey de Tailandia (Bangkok, Tailandia, 1999).

Desde siempre sostuvo que todo universitario debe comprometerse con la sociedad de su tiempo y recalcaba: "quisiera ser recordado como docente más que como cirujano" . Por esa razón, dedicó gran parte de su tiempo a la enseñanza, tanto a nivel profesional como popular. Un ejemplo fue su participación en programas educativos para la población, entre los que se destacaba la serie televisiva "Los grandes temas médicos" , y las numerosas conferencias que presentó en la Argentina y en el exterior, sobre temas tan diversos como medicina, educación y la sociedad de nuestros días (ver Galería de Fotos).

Publicó Recuerdos de un médico rural (1980); De La Pampa a los Estados Unidos (1993) y Don Pedro y la Educación (1994) y más de trescientos trabajos de su especialidad. Su pasión por la historia lo llevó a escribir dos libros de investigación y divulgación sobre el general San Martín: ¿Conoce usted a San Martín? (1987) y La Memoria de Guayaquil (1991), .


 Paradójicamente este genio que puso en marcha tantos corazones no tuvo vacilación para detener trágicamente el suyo de un disparo cuando en el año 2000, la profunda crisis económica y política que sufrió Argentina afectó de manera acuciante a su Fundación, que no pudo hacer frente a una terrible deuda de US$ 75 millones. Un triste suceso que el grupo “Attaque 77″ reflejó en su canción “Western”, con estas líneas: “paradoja singular”[...] “fue el maestro del baypass”[...]“y murió de un disparo al corazón”[...]“los buenos mueren”.
Como dijo Sócrates: “Para desembarcar en la isla de la sabiduría hay que navegar en un océano de aflicciones.” Y Favaloro fue un hombre sabio al que había que escuchar con mucha atención y admiración.


Después de su muerte se supo que le había enviado una carta al entonces Presidente de la Nación, el Dr. Fernando de la Rúa, que nunca había sido leída y en la que expresaba su cansancio de "ser un mendigo en su propio país" y le solicitaba ayuda para recaudar fondos para la Fundación. Además, expresaba que la sociedad argentina necesitaba su muerte para tomar conciencia de los problemas en los que está envuelta.


René Favaloro publicó más de trescientos trabajos de su especialidad. Debido a su pasión por la historia llegó a escribir dos libros de investigación y divulgación sobre el general José de San Martín. Es autor también de la autobiografía De La Pampa a los Estados Unidos (la versión en inglés, tituladaThe Challenging Dream of Heart Surgery fue publicada en Boston, EE.UU. por Little, Brown and Company en 1994), en el cual recuerda sus diez años de trabajo en equipo con eminentes personalidades de la medicina durante su estancia en la Cleveland Clinic. Éste se publicó por primera vez en 1992, llegando a alcanzar la octava edición en 1996 a través de la Editorial Sudamericana. Además, su autobiografía denominada Recuerdos de un médico rural tiene varias ediciones, la primera de ellas editada en el año 1980. Finalmente su último libro, Don Pedro y la Educación, se publicó en Buenos Aires por el Centro Editor de la Fundación Favaloro en 1994.3 4

  • 1970 - Tratamiento Quirúrgico de la Arteriosclerosis CoronariaSurgical Treatment on Coronary Arteriosclerosis.
  • 1980 - Recuerdos de un médico rural. Autobiografía.5
  • 1984 - ¿Conoce Ud. a San Martín?.6
  • 1991 - La memoria de Guayaquil.7
  • 1992 - De la Pampa a los Estados Unidos. Autobiografía.8
  • 1994 - Don Pedro y la educación.9
  • 1996 - Conversaciones sobre ética y salud. En colaboración con Moszenberg A., Mainetti J.,Klimovsky G., Ciocchini H.10
  • 1997 - Recuperando lo invisible: conversaciones sobre cultura. En colaboración con Obiols, G, Presas, M, Burucúa, J. y Piscitelli, A.11
  • 2000 - El milagro y el valor de la vida. En colaboración con Luis Landriscina y Mamerto Menapace.

Palabras del Dr. René Favaloro.



La ciencia es la expresión de una necesidad inherente al ser humano y, en todo caso, está ligada a la función superior de su naturaleza inteligente: la capacidad de crear. 
(Conferencia “Ciencia Educación y Desarrollo”, Universidad de Tel Aviv, mayo de 1995) 

——————————— 

La ciencia es una de las formas más elevadas del quehacer espiritual pues está ligada a la actividad creadora del intelecto, forma suprema de nuestra condición humana. 
(Conferencia “Ciencia Educación y Desarrollo”, Universidad de Tel Aviv, mayo de 1995) 

——————————— 


Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades las mayores caerían sobre las clases dirigentes. ¡Si resurgiera San Martín caparía a lo paisano varias generaciones de mandantes!. 
(De Recuerdos de un médico rural)
 


——————————— 

Proceder con honestidad en aras de la dignidad del hombre es el compromiso más trascendente en nuestro corto paso por este mundo. 
(Conferencia “Responsabilidad social del universitario de nuestro tiempo”, Universidad Católica de Córdoba, septiembre de 1981) 

——————————— 

Ha llegado el momento, insisto, de detener el girar constante de nuestro planeta. Examinarlo, examinarnos, hacer el diagnóstico correcto y buscar todos juntos el tratamiento adecuado. Sólo lo lograremos si entendemos que estamos convocados por un compromiso ineludible: debemos luchar por una sociedad más justa y equitativa, sin prejuicios de ninguna índole. Sólo lo lograremos si no nos apartamos nunca de los lineamientos éticos basados en el respeto a la dignidad del hombre. 

Debemos trabajar, trabajar y trabajar con pasión. Siempre habrá tiempo para el ocio fecundo, en beneficio de todos. Hemos de esforzarnos para mejorarnos individualmente pero entendiendo que formamos parte de una sociedad que demanda nuestra participación. Cuanto más destacada sea nuestra posición individual más grande será nuestro compromiso social. Ha llegado la hora de trabajar con humildad y modestia verdaderas. Hay que aprender a no marearse con las alturas de la montaña. En la montaña de la vida nunca se alcanza la cumbre. 

(Mensaje de René Favaloro a los estudiantes reunidos en Glacier Park Lodge, Montana, Estados Unidos, 1993. De “Don Pedro y la educación”) 

——————————— 

Si no tomamos conciencia del desastre ecológico que el hombre ha desatado en nuestro planeta -la Argentina no queda excluida- las consecuencias serán terribles. (…) Todos debemos comprometernos a luchar sin descanso por la rehabilitación del aire, el agua y la tierra. 
(De “De La Pampa a los Estados Unidos”) 

——————————— 

Los progresos de la medicina y de la bioingeniería podrán considerarse verdaderos logros para la humanidad cuando todas las personas tengan acceso a sus beneficios y dejen de ser un privilegio para las minorías. 
(Buenos Aires, Congreso de Bioingeniería 1999) 

——————————— 

Estoy convencido de que a esta sociedad consumista, cegada por el mercado, la sucederá otra que se caracterizará por el hecho trascendente de que no dejará de lado la justicia social y la solidaridad. 
(Congreso de Bioingeniería 1999) 

——————————— 

En cada acto médico debe estar presente el respeto por el paciente y los conceptos éticos y morales; entonces la ciencia y la conciencia estarán siempre del mismo lado, del lado de la humanidad. 
(Congreso de Bioingeniería 1999) 

——————————— 

Es necesario insistir una vez más que si no estamos dispuestos a comprometernos -principalmente los universitarios- a luchar pos los cambios estructurales que nuestro país y toda Latinoamérica demanda -principalmente en educación y salud- seguiremos siendo testigos de esta sociedad injusta donde parece que el tener y el poder son las aspiraciones máximas. 
(De “Recuerdos de un médico rural”) 

——————————— 

¿Escucharemos alguna vez los mensajes que nos legaron con sus vidas y sus libros Sarmiento, Hernández, Hudson, Mallea, Martínez Estrada, Agustín Álvarez, Luis Franco, Julio Irazusta, Henríquez Ureña (por no citar sino algunos pocos) o seguiremos siendo testigos de la decadencia de la sociedad de consumo? 
(De “Recuerdos de un médico rural”) 

——————————— 

Por sobre todo deseo mostrar cómo, mediante una planificación ordenada, con decisión y tremendo esfuerzo, pudieron realizarse cambios a nivel comunitario que hoy, luego de muchos años, siguen teniendo en mí una vivencia real y cercana quizá porque representan la parte más importante de mi vida, la que ha dejado a través de profunda convivencia huellas que son imborrables en el fondo de mi alma. 
(De “Recuerdos de un médico rural”) 

——————————— 

Existe en el país enorme cantidad de tierra improductiva -mucha de ella fiscal- a la que hay que agregar en estos últimos años centenares de miles de hectáreas que están allí, al lado de los diques construidos desde Cabra Corral hasta El Chocón, esperando la mano del hombre para derramar el agua y traer progreso al país. Sabemos, por ejemplo, que medio millón de hectáreas bajo riego en California produce la inmensa mayoría de vegetales que consumen los 220.400.000 habitantes de Estados Unidos de América. Es fácil predecir lo que se podría hacer transformando más de dos millones de hectáreas dormidas al pie de nuestros lagos con el esfuerzo mancomunado del hombre y del Estado. 
(De “Recuerdos de un médico rural”) 

——————————— 

De mi abuela materna heredé un gran amor por la tierra; no podía vivir sin un huerto. Desde muy pequeño la acompañaba por las tardes a trabajar en la quinta familiar. Doña Cesárea fue, sin duda, una de las grandes mujeres que he tenido la suerte de conocer, quizá la mejor. Se ocupaba de todo lo que correspondía al quehacer de la casa en aquellos tiempos y todo lo hacía con amor. Sin proponérselo, era el verdadero centro de la familia. Vivía para ella y para su hombre, mi abuelo, quien podía jactarse ante sus amigos que hasta sus calcetines estaban tejidos por su mujer. Excepto en los días de lluvia, terminaba su tarea diaria en el huerto. Se entretenía y era feliz descansando -porque se descansa cambiando de tarea-, entremezclada con sus vegetales y frutales. Cuando regresaba de su trabajo, mi abuelo nos acompañaba. Conocía el arte de injertar y así se podían ver higueras que producían dos o tres variedades diferentes o un duraznero injertado con damasco o un ciruelo que, en una misma planta, producía frutos renegridos junto a otros de color amarillo dorado. La huerta estaba salpicada por muchos árboles frutales, que mi abuelo cuidaba con esmero. Con él aprendí los secretos de la poda, que comenzábamos en julio; cada variedad tiene los propios. El saber conservar en cada una los tallos fructíferos nos permitía saborear, durante el verano, infinidad de gustos que aumentaban la exquisitez por su frescura. 
(De “Recuerdos de un médico rural”) 

——————————— 

Estoy convencido de que la única manera de rescatar y preservar a los hijos de la villa miseria es con escuelas hogares. ¿Qué podemos esperar de semejante promiscuidad que engendra el alcoholismo, el abuso sexual y el incesto, el robo, la riña y el asesinato? De ahí saldrán los resentidos sociales y el caldo de cultivo para doctrinas foráneas tan perjudiciales. En estos días en que tanto hablamos de la Universidad , yo creo que hemos perdido el derrotero en cuanto a prioridades en la enseñanza. Nos debería preocupar más la primaria y la secundaria -pues es en la niñez y en la pubertad cuando se forma el ciudadano del futuro- que la universitaria que si se la analizara en profundidad tendría que rendir cuentas al país por su ineficacia. 
(De “Recuerdos de un médico rural”) 

——————————— 

Durante los años que viví en Jacinto Aráuz, en el camino de regreso a mi casa, con frecuencia me dejaba cautivar por los hermosos atardeceres -los atardeceres de La Pampa son realmente fascinantes, quizás por el clima seco y los fuertes vientos que golpean sobre las nubes- . En esas ocasiones, detenía el auto en medio de la ruta y, mientras el cielo se encendía con colores tornasolados que cambiaban a cada momento, mis sueños y utopías se entremezclaban con las nubes. En esos momentos imborrables la injusticia social ocupaba un lugar en mi mente y desde entonces nunca dejó de ocupar ese lugar. 
(De la Conferencia Internacional Paul D. White, noviembre de 1998) 

——————————— 

Vivo enraizado con mi país. Pero quizás por mi devoción a San Martín, Bolívar, Sucre y Artigas a veces sufro más como latinoamericano que como argentino, a pesar de estar machimbrado con mi tierra. 
(De la conferencia “Marginalidad y pobreza de cara al tercer milenio”, Universidad del Litoral, noviembre de 1997) 

——————————— 

Nunca recibí distinciones a título personal. Para mí el “nosotros” siempre estuvo por encima del “yo”. 
(De la conferencia “Marginalidad y pobreza de cara al tercer milenio”, Universidad del Litoral, noviembre de 1997) 

——————————— 

El medio ambiente se encuentra en estado de emergencia y los efectos de esta degradación amenazan la seguridad económica, alimentaria y sanitaria de los habitantes del planeta, en especial, de los más pobres. Una vez más se hace evidente la diferencia entre ricos y pobres; si los países pobres consumieran tanto como los países industrializados, se necesitarían diez planetas semejantes para abastecer a todos. 
(De la Conferencia del Congreso Interamericano de Cardiología, agosto de 1999) 

——————————— 

La prevención y el control de enfermedades son fundamentales para el mejoramiento continuo de la salud de la población. Para ello se deben tomar medidas destinadas a producir cambios en el nivel de vida de las poblaciones marginadas y eliminar las desigualdades evitables e injustas en términos de salud y bienestar individual y colectivo, demanda persistente y creciente de las sociedades latinoamericanas. 
(De la Conferencia del Congreso Interamericano de Cardiología, agosto de 1999) 

——————————— 

En el Congreso de Angostura de 1819, Bolívar decía que América debe razonar y pensar un mundo nuevo en el que La República sea “eminentemente justa, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía, la culpa, que haga reinar la inocencia, la humanidad, y la paz, que haga triunfar bajo el imperio de las leyes inexorables, la igualdad y la libertad”. 
(De la Conferencia del Congreso Interamericano de Cardiología, agosto de 1999) 

——————————— 

Artigas, otro hombre excepcional, exigía un lugar para obreros, indios, mestizos y humildes y resentía poderosamente el privilegio y las pretensiones de las clases altas. Fue uno de los primeros caudillos políticos que reconoció los peligros que el libre comercio planteaba a las naciones sudamericanas y fue también el que propuso considerar a América como patrimonio mítico, una tierra destinada a ser algo más que un simple apéndice de Europa. 
(De la Conferencia del Congreso Interamericano de Cardiología, agosto de 1999) 

——————————— 

La prevención debería ser el aspecto más trascendente de nuestra especialidad. Estoy seguro de que, en el futuro, se harán menos angioplastias y menos cirugías de revascularización. La prevención, junto con los adelantos de la biología molecular relacionados con la genética, permitirán disminuir la incidencia de las enfermedades cardiovasculares. 
(De la Conferencia internacional sobre la salud del corazón en los países en desarrollo. Una agenda para la acción para el siglo XXI, Nueva Delhi, India, 1999) 

——————————— 

Es imprescindible organizar la cooperación internacional entre los países desarrollados y en desarrollo y luchar todos juntos por una sociedad mejor, con mayor equidad y justicia social, que haga posible respetar y defender -junto con las demás conquistas sociales- el derecho inalienable del hombre a gozar de buena salud. 
(De la Conferencia internacional sobre la salud del corazón en los países en desarrollo. Una agenda para la acción para el siglo XXI, Nueva Delhi, India, 1999) 

——————————— 

¿Cuándo se concretarán los deseos de San Martín, Bolívar, O’Higgins, Sucre y tantos otros? A la falta de una hermandad solidaria, que debería basarse en su propia cultura, se agrega la carencia de una adecuada interrelación económica. 

¿Alguien ha pensado alguna vez lo que significaría que los países latinoamericanos con reservas incalculables de agua, bosques, cereales, ganado, hierro, cobre, estaño, petróleo y enormes extensiones de tierra virgen, con principios sólidos -exlcuyendo falsos nacionalismos, ya que el verdadero dice que cada país mantenga, como es lógico, sus particularidades-, se unieran estructuralmente para que, de una vez y para siempre, ocupemos un lugar en el mundo? 
(De “¿Conoce usted a San Martín?”) 

——————————— 

A mi entender lo que más debe preocuparnos es volver a despertar en los niños y en los adolescentes los valores esenciales, sin los cuales poco importa su capacitación técnica o profesional. Es indudable que la única manera posible es por medio de una sólida formación humanística. Una vez más, entendámonos bien, como lo estableció con claridad don Pedro Henríquez Ureña: humanismo militante con profundo contenido social en defensa de la libertad y la justicia. La educación estará permanentemente centrada en la búsqueda “del hombre libre abierto a los cuatro vientos del espíritu”, entendiendo que el goce de la libertad individual conlleva un compromiso social en procura de un ideal, una utopía, “el ideal de la justicia” en busca de la “magna patria”, “la tierra de la promisión para la humanidad cansada de buscarla…” 
(De “Don Pedro y la educación”) 

——————————— 

Es imposible aceptar que la supervivencia de esta democracia liberal consumista de occidente -consecuencia del derrumbe de los regímenes comunistas- sea el final de la historia, como lo pretendía Francis Fukuyama en 1989. La presencia de los fundamentalismos religiosos, los exagerados nacionalismos, el desarrollo económico sin equidad priorizando el enriquecimiento desmedido, la falta de compromiso social como resultado del individualismo “light” que sólo busca tranquilidad y satisfacciones inmediatas, el mercantilismo internacional con la explotación de mano de obra barata, la cultura de la música rock, los videojuegos y las videocaseteras, el progreso científico sin respeto por la naturaleza y aun hasta por sus propios semejantes (para citar unos pocos ejemplos de las graves falencias) nos indican que a la Perestroika sobrevendrá -no tengo dudas- una “Smithtroika” o una “Jonestroika”, como suelo decirles a mis innumerables amigos norteamericanos. 
(De “Don Pedro y la Educación”) 

——————————— 




Etiquetas

Emoticonos