"Tenemos que escuchar
al niño que fuimos un día,
y que todavía existe dentro de nosotros...
Podemos reprimir su llanto,
pero no podemos acallar su voz...
Ese niño que fuimos un día continúa
presente.
Prestemos atención a lo que nos dice el niño
que tenemos guardado en el pecho.
No nos avergoncemos por causa de él.
No dejemos que sufra miedo,
porque está solo y casi nunca se le escucha...
Hagamos que se vuelva a sentir amado.
Hagamos que se sienta bien,
aunque eso signifique obrar de una manera
a la que no estamos acostumbrados,
aunque parezca estupidez a los ojos de los demás.
Si no perdemos el contacto con ese niño,
no perderemos el contacto con la vida…"
Paulo Coelho