La autoestima es la tierra firme sobre la que apoyas
tus pies para caminar seguro en la vida; no la
destruyas en ti ni en los otros en nombre de una mal
entendida humildad!
La humildad no consiste en que te desprecies y
desvalorices, sino en que te aprecies y valores tal
como eres.
Si para ver a tu alrededor debes treparte sobre los
otros, eres muy bajo de estatura, si para sentirte
valioso necesitas menospreciar a los otros, no estás
seguro de lo que vales.
Es bueno que los otros sean humildes, pero es muy
malo humillarlos.
Los que autoritariamente humillan, logran resentidos
o apocados, pero no personas humildes.
Los que se creen indispensables se hacen
insoportables; los que insisten en proclamar su
inutilidad se hacen intolerables. Sé tú mismo, y
serás útil. ¡Y eso es bastante!
No hay soberbia más refinada y repugnante, que la de
aquel que “trata” de ser humilde para parecer
virtuoso.
René Trossero
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