jueves, 13 de marzo de 2014

Cuentos para pensar: El Corcho

El corcho - Enrique Mariscal




Hace años, un inspector visitó una escuela primaria.

En su recorrida observó algo que le llamó la atención: una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían un gran desorden; el cuadr
o era caótico.

Decidió presentarse:

"Permiso, soy el inspector de turno ...¿Algún problema?"

"Estoy abrumada señor, no se qué hacer con estos chicos... No tengo láminas, el ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles ..."

El inspector que era un "Docente de Alma", vio un corcho en el desordenado escritorio, lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:

¿Qué es esto? " Un corcho señor "...gritaron los alumnos sorprendidos.

"Bien, ¿De dónde sale el corcho?".

"De la botella señor. Lo coloca una máquina...", "del alcornoque... de un árbol"... "de la madera...", respondían animosos los niños.

"¿Y qué se puede hacer con madera?", continuaba entusiasta el docente.

"Sillas...", "una mesa...", "un barco! ". Bien, tenemos un barco.

¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito?

Escriban a qué provincia argentina pertenece.

¿Y cuál es el otro puerto más cercano?
¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que allí nació? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar? Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.

La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:

"Señor nunca olvidaré lo que me enseño hoy. Muchas Gracias."

Pasó el tiempo. El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra.

Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden...

"Señorita... ¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí? Sí señor ¡Cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó?".

Enrique Mariscal

Biografía de Enrique Mariscal
Enrique Mariscal es profesor de Filosofía y de Pedagogía, licenciado en Psicología y en Ciencias de la Educación. Es especialista en planificación de recursos humanos en la UNESCO-CEPAL, seleccionado por el Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas de la República Argentina. Ha trabajado como maestro rural en zonas desfavorecidas, tarea que ha compaginado con su labor de académico y asesor de numerosas universidades, y de consultor de Educación Médica de la Organización Mundial de la Salud. Imparte seminarios y conferencias de desarrollo personal, trabajo en equipo y conducción creativa en importantes empresas. En la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires dirige el seminario permanente «Volviendo a pensar sobre el enseñar y el aprender».

Cuentos para pensar: La casa de los mil espejos


La casa de los mil espejos 
(E.Mariscal)









Hace tiempo, en un lejano pueblo, había una casa abandonada.

Cierto día, un cachorro, buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero en el portón de la residencia. Subió lentamente las viejas escaleras de madera hasta que se topó con una puerta semi-abierta: y se adentró en el cuarto, cautelosamente.
Con gran sorpresa, se dio cuenta que dentro de esa habitación había mil perritos más observándolo tan fijamente como él a ellos, y vio asombrado que todos los cachorros comenzaron a mover la cola, exactamente en el momento en que él manifestó alegría.
Luego ladró festivamente a uno de ellos y el conjunto de canes le respondió de manera orquestada, idéntica. Todos sonreían y latían como él.
Cuando se retiró del cuarto se quedó pensando en lo agradable que le había resultado conocer el lugar y se dijo: " Volveré más seguido por aquí."
Pasado un tiempo, otro perro callejero ingresó al mismo ambiente. A diferencia del primer visitante al ver a todos los congéneres del cuarto, se sintió amenazado, ya que lo miraban de manera agresiva, con desconfianza.
Empezó a gruñir; y vio, maravillado, como los otros mil perritos hacían lo mismo que él.
Comenzó a ladrarles y los otros también hicieron lo mismo ruidosamente.
Cuando salió del cuarto pensó: "Que lugar tan horrible es este. Nunca regresaré."
Ninguno de los canes exploradores alcanzaron a reparar en el letrero instalado en el frente de la misteriosa mansión": "La casa de los mil espejos."

Los rostros que observamos del mundo son espejos. Tu mirada es todo lo que consigues obtener de la realidad. Cada percepción demuestra las posibilidades de proyección y de captación que nos permitimos.
Las cosas más bellas de la vida no se ven, se captan con el corazón.
Si las puertas de la percepción estuviesen totalmente abiertas descubriríamos que navegamos en el infinito. Como están semi-cerradas, la vida, al igual que el eco, o el espejo, nos devuelve lo que hacemos. La visita por la casa terráquea es muy fugaz.
Consigue un espejo, sonríele al personaje que aparece y no te enojes no te asustes si te contesta con una divina carcajada.

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