martes, 3 de marzo de 2015

5 ideas para combatir la desmotivación

 

 (De la pág. http://thinkwasabi.com/2009/08/ideas-combatir-desmotivacion/)

Uno de los mayores retos a los que yo y mis socios nos enfrentamos cuando montamos doctorSIM fue el largo tiempo de desarrollo del proyecto. Meses y meses donde todo fue trabajo y más trabajo que nos permitía avanzar, por supuesto, pero en los que hubo muchos días donde costaba pedalear.
La desmotivación fue uno de los principales enemigos que tuvimos que vencer. No la falta de inversión externa, no la falta de medios humanos o materiales sino los días en los que todo parecía ir cuesta arriba y nos faltaba chispa, energía y empuje… motivación.
No hace falta estar en un gran o largo proyecto para sufrirla. Puede asaltar —de hecho lo hace— en cualquier momento, en cualquier actividad y la sufre cualquier persona. Hay muchas formas de combatir la desmotivación pero yo te voy a dar algunas de las claves que mejor me han funcionado a mí.
 

1)   Recuerda el porqué

 

Detrás de cada tarea, de cada golpe de clic, de cada tecleo hay un porqué. Puede ser la puesta en marcha del proyecto de tu vida, unos estudios que te van a permitir obtener tu primer empleo, un trabajo que te facilitará saltar a otro mejor, el aprendizaje de una técnica que te formará como profesional, obtener un salario con el que pagar ese viaje con el que tanto sueñas, etc.
Vivir sobre railes es lo peor que podemos hacer y hacer las cosas “porque sí” suele ser pasaporte directo a la desmotivación y la frustración. ¿Por qué estás ahí? ¿Por qué vas a hacer eso? Dicho de otro modo: dale un sentido a la tarea, a la actividad o a ese día “tan jodido” que parece no acabar nunca.
Piensa por encima de todo que no es algo que tienes que hacer por narices, porque toca o porque te lo han mandado… es algo que quieres hacer porque te acercará a un objetivo que seguramente un día te marcaste. Recuérdalo de forma frecuente para a) inspirarte e ilusionarte cada nuevo día y b) para motivarte en los días en que todo se ponga cuesta arriba.

 2)     Disfruta del camino

 

Nos han enseñado a “celebrar los éxitos y aprender de los errores” pero nadie nos ha enseñado a “disfrutar del camino”. En mi experiencia personal esto es una de las claves de la Productividad y una de las cosas que te animo a practicar con devoción.
Hay que ir celebrando las pequeñas victorias y las pequeñas conquistas diarias. No sólo hay que motivarse con el gran objetivo en mente sino también con los pequeños regalos que obtenemos cada día gracias a nuestro trabajo, talento e intensidad.
“Hoy he trabajado duro, ha costado mucho PERO he conseguido esto, esto y esto. Y ahora es el momento de celebrarlo”.
Eso tiene que ser motivo de alegría y de celebración. En serio. Que esto no le suene ridículo a nadie. Un atleta corre para ganar una medalla pero por encima de todo corre porque le gusta. La propia carrera y cada zancada, aunque le cueste esfuerzo y dolor, es lo que le hacen decir: “hago esto porque me gusta”.
No esperes a celebrar el éxito final de ese proyecto o te estimules con ese gran objetivo en mente. Cada día es una (dura) etapa que hay que cubrir y cuando lo haces bien creo que hay que utilizarlo como incentivo personal. Hay que reconocerlo, saborearlo y aprovecharlo para recargar la motivación que necesitas ese día y al día siguiente y al siguiente…
Nos han enseñado a celebrar los éxitos y aprender de los errores pero nadie nos ha enseñado a disfrutar del camino.

3)  Motívate con lo pequeño

 

Muchas veces no hay que recurrir a los grandes objetivos para motivarnos. En no pocas ocasiones la ilusión —y hasta la pasión— está en las pequeñas y hasta minúsculas cosas que te rodean o que rodean a tu trabajo o a ese proyecto. En esos días en que “todo te da igual” es necesario que miremos y nos fijemos en esas pequeñas cosas que tanto nos gustan.
Puede ser una tarea en concreto, estar con una persona, ir a un sitio, recrear una técnica, utilizar un dispositivo o una aplicación… Cada cual tiene su pequeños tesoros. Si otros días disfrutaste haciendo eso, hazlo de nuevo ese día donde no encuentras ningún aliciente.
Cambia el orden de trabajo, empieza por esa pequeña tarea que te estimula más o haz esa sencilla actividad que siempre te gusta hacer. Utiliza a tu favor esas pequeñas cosas como detonante y estímulo. A veces hay que recurrir a algo pequeño y “tirar de él” para desencadenar la motivación.
En los días en los que ni tienes ganas de trabajar divide tus grandes tareas en pequeñas tareas y luego éstas en minitareas o microtareas. Empieza con la que de verdad te ilusione y empieza a caminar. A veces la desmotivación es una ficticia ilusión que genera tu mente. Verte que vas avanzando te animará y te empujará a continuar.

4)   Sé consciente del ahora

 

En muchas más ocasiones de las que pensamos nos falta motivación porque nuestra cabeza no está en lo que hacemos, no estamos presentes. En esos momentos está presa de pensamientos o en cosas mucho más agradables generalmente relacionadas con nuestro ocio o tiempo libre.
Un concierto, un viaje, una cena, una reunión, etc. Vuelve al momento, sé consciente del ahora y de lo que tienes delante y utiliza ese pensamiento “de ocio” como arma motivadora. Interprétalo como una recompensa o un premio al trabajo que tienes que hacer y para el que te cuesta encontrar un porqué.
Si lo intentas todo y aun así no eres capaz de motivarte… ¡no pasa nada!

5)   Date un respiro

 

Yo miro alrededor y no veo a ningún superhéroe. No sé tú pero yo ni soy una cadena de montaje ni me han fabricado en Cyberdyne Systems. Todos pasamos por valles y montañas, por días muy productivos y días muy complicados. Ambos forman parte de nuestra vida y tarde o temprano llegan. Los días difíciles son absolutamente necesarios para disfrutar todavía más de los días productivos.
Si lo intentas todo y aun así no eres capaz de motivarte… ¡no pasa nada! No te desesperes ni te tortures con frases como “vaya desastre, hoy no estoy rindiendo nada” o “puff, un día tirado a la basura”. Ese día no tomes decisiones drásticas, trata de concentrarte en hacer lo mínimo e imprescindible y dedícate a labores mecánicas o más rutinarias que exijan poca creatividad e intensidad (ordenar, clasificar, limpiar, buscar, etc.)
Sencillamente deja correr las horas del día. El día terminará por terminar. Mañana será otro día, tu motivación regresará y tus tareas y tu proyecto te estarán esperando de igual modo para que des lo mejor de ti.

— Berto Pena



Torta de Chocolate crudivegana






En este vídeo, elaboramos una tarta de chocolate crudivegana exquisita, el resultado es súper gourmet pero se hace rápido y con ingredientes bastante normales. ¡Os animamos a hacerla y esperamos que la disfruten!
Este video es parte del módulo de chocolate artesano de nuestro taller online Comer más sano: Postres y dulces.
Si no sueles preparar postres crudiveganos, a primera vista la base de esta tarta te puede echar para atrás. Por esto hemos añadido una receta de base alternativa que lleva 2 ingredientes y se hace en minutos. ¡Anímate a hacerte este postre delicioso y sano!

Receta Tarta de Chocolate:
Sirve 10
Base*
  • 3/4 Taza trigo sarraceno (previamente germinado y secado)
  • 1/2 Taza harina de almendras (previamente deshidratada y molida en seco)
  • 1/4 Taza (60g) harina algarroba o cacao en polvo
  • 5 dátiles (opcionales)
  • 1/4 Taza (45g) aceite coco
  • 1 pizca sal
  • 2 C. (30 ml.) agua
Derretir el aceite de coco. En un robot de cocina o Thermomix  triturar el trigo, la pulpa, la sal y la harina de algarroba hasta que todo esté bien integrado. Añadir los dátiles y triturar. Añadir el aceite de coco y triturar. Coge un poco de la masa, se debe pegar entre los dedos. Si no es así, añadir el agua y triturar. Moldear en un molde para tartas. Dejar en la nevera para que ‘cuaje’.

*Se puede sustituir esta base por una base más sencilla por ejemplo 1 Taza almendras y 1 Taza de dátiles. Triturar las almendras primero. Añadir los dátiles de dos en dos al robot mientras está encendido. Cuando todos los dátiles están totalmente integrados a la base, está lista. Añadir una cucharadita de agua si la base no se pega al presionarla. 
Tarta de chocolate crudivegano receta vídeo
Relleno
  • 3/4 Taza (135g) aceite coco
  • 1 y 1/4 Tazas (125g) cacao en polvo
  • 2/3 Taza (80g) harina algarroba (marca Rincón del Segura)
  • 2 Tazas (250g) dátil remojado en 2 T. de leche de avellanas o agua
Derretir el aceite de coco en el deshidratador o en un baño maria muy suave. Triturar los dátiles juntos con la leche (o agua) de remojo. Añadir el cacao y algarroba y triturar. Añadir el aceite derretida y triturar hasta que todo esté bien integrado. Verter el relleno sobre la base en el molde y volver a dejar en la nevera. La tarta estará en aprox. 1 hora y media.
Variación: Añadir la ralladura de 2 naranjas grandes al relleno para obtener una tarta de chocolate a la naranja.






Crema cruda de remolacha y aguacate


(Del blog  http://elpoderdelalimento.com/el-autor/?blogsub=confirming#subscribe-blog )

Esta sopa de color intenso y sabor único es una maravilla nutricional que se prepara en solo 5 minutos.
sopa remolacha cruda 

Ingredientes para 4 personas
2 remolachas medianas
2 tomates grandes
1 aguacate
1 rama de albahaca fresca
2 cucharaditas de sal
medio litro de agua
1 pizca de pimienta negra
Preparación:
Pelar las remolachas y el aguacate.

Aguacate 620+400
Partir en trozos las remolachas y los tomates.
Llevar todos los trozos de remolacha y tomates a la batidora o ayudante de cocina y triturar levemente.
Adicionar los restantes ingredientes y batir hasta conseguir una consistencia cremosa.
Si desea tomar la sopa caliente, añada el agua tibia para subir la temperatura de la mezcla sin calentar demasiado para no destruir las enzimas y otros nutrientes.
Servir adornando con una hoja de albahaca.

Descubriendo los alimentos

 Un ingeniero industrial especializado en finanzas y acosado por graves problemas respiratorios emprendió su propia búsqueda medicinal.

(Por: Redacción Vivir, de la pág, www.elespectador.com)
 
Ensaladas como plato principal con verduras crudas es una de las ocho recomendaciones finales de Boris Chamás. / 123rf
 
“Que la medicina sea tu alimento y que tu alimento sea tu medicina”. Esta frase, atribuida al reconocido médico de la Grecia antigua Hipócrates, hace 2.500 años, tiene en estos tiempos más validez que nunca, porque la alimentación es cada vez más lejana de la sabiduría de la naturaleza. Hoy, las principales causas de muerte en muchos países están asociadas con excesos y malos hábitos de la sociedad de consumo.
A nivel global, la causa de muerte más recurrente, con el 22% del total, corresponde a enfermedades del corazón. Le sigue el cáncer en sus diversas manifestaciones. En ambos casos, el incremento de las estadísticas obedece a la masificación del tabaquismo, el consumo excesivo de proteína animal, la creciente introducción de alimentos procesados en la dieta, el abandono del ejercicio o la exposición a las toxinas industriales.

Estas conclusiones hacen parte de la investigación realizada por Boris Chamás Bonilla, un ingeniero industrial especializado en finanzas que después de soportar diversas enfermedades respiratorias y gástricas empezó a recobrar su salud suprimiendo medicamentos y cambiando su dieta. Paradójicamente, cuando comenzó su cambio de vida oficiaba como director financiero de un laboratorio farmacéutico mundialmente conocido.
Por consejo de un amigo acudió al consultorio de un médico alternativo cuya primera recomendación fue que dejara de comer carne. Aunque inicialmente prevaleció su incredulidad, con férrea disciplina adoptó este y otros hábitos alimenticios sugeridos. En poco tiempo las pastillas, los inhaladores o las inyecciones pasaron al cajón de los recuerdos. Entonces decidió darle un giro a su vida y se dedicó a estudiar los secretos de la nutrición.

Se matriculó en el mejor centro docente de nutrición holística del mundo, donde se diplomó como asesor en salud. Hoy imparte talleres por el mundo sobre los beneficios de la comida saludable y el fruto de sus investigaciones se refleja en su libro El poder del alimento. Una investigación a fondo sobre lo que se debe o no comer, atendiendo una directriz ineludible: “hay que aprender a escuchar los mensajes del cuerpo”.

Con documentadas explicaciones, Boris Chamás detalla cuáles son los alimentos indispensables en cualquier dieta saludable. Antes que nada los antioxidantes que tienen nombre propio, las plantas, especialmente las que se consumen en estado crudo, como las frutas, las hojas verdes, las verduras y los cereales integrales; o los fitonutrientes que abundan en el brócoli, la cebolla, la espinaca, las legumbres o los puerros.

En cuanto a los alimentos que se deben reducir y en algunos casos eliminar, el autor prioriza el estudio del azúcar, que define como el invento de la industrialización que más deteriora la salud de los seres humanos. 
 Lo sintetiza en la evidencia de cómo su consumo sobrecarga la actividad del páncreas y de qué manera los edulcorantes artificiales o las bebidas gaseosas y energizantes aumentan los efectos nocivos.

Tampoco salen bien librados los lácteos, que aportan al cuerpo significativas cantidades de colesterol y grasa saturada; los aceites refinados, que contribuyen a la gestación de las enfermedades del corazón; o las chucherías o “comida basura” de los productos empaquetados con poco o ningún valor nutricional que, en criterio del autor, sólo sirven para sobrecargar el hígado y todos los órganos del sistema digestivo.

Después de analizar en detalle los efectos del consumo en exceso de animales, la cafeína o los organismos genéticamente modificados, Boris Chamás se concentra en el balance ácido-alcalino, que califica como el descubrimiento más importante de la ciencia actual. Un concepto que define como la proporción adecuada de alimentos acidificantes y alcalinos, fundamental para conservar la salud.

Desde la química, ácida es una sustancia que libera hidrógeno aportándolo a una solución y alcalina la que remueve el hidrógeno de dicha solución. La relación entre ambos factores está cuantificada en una escala llamada pH. Cada alimento tiene un potencial de acidez y su exceso es devastador. Por eso es necesario conocer el pH de cada sustancia o alimento que se ingiere y así entender cuál es balance correcto.

Además de aportar el pH de 146 alimentos, el autor concluye su investigación con ocho recomendaciones: beber agua pura, desayuno verde sin leche ni azúcar, ensalada como plato principal con verduras crudas, germinados en el plato que recogen la vitalidad de las plantas, al menos una legumbre al día, granos integrales, hongos, setas o nueces y superalimentos como las algas y los productos de las abejas.





FOTO BCH LIBRO X WEB 
 Boris Nicolás Chamás Bonilla



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