martes, 13 de mayo de 2014

Amar al niño interior







Amar al niño interior

De: Louise L. Hay
Si no puedes intimar con otras personas, es porque no sabes cómo intimar con tu propio niño interior. El pequeño que hay dentro de ti está dolido y asustado. Ayuda y acompaña a tu niño.
Uno de los asuntos más importantes que necesitamos comenzar a abordar es la curación del olvidado niño interior. Muchos de nosotros nos hemos pasado demasiado
tiempo sin hacer caso de nuestro propio niño interior.
Tengas la edad que tengas, hay en tu interior un pequeño que necesita amor y aceptación. Si eres una mujer, por muy independiente que seas, tienes en tu interior a una niña muy vulnerable que necesita ayuda; si eres un hombre, por muy maduro que seas, llevas de todas formas un niño dentro que tiene hambre de calor y afecto.
Cada edad que has vivido está dentro de ti, dentro de tu conciencia y de tu
memoria. Cuando éramos niños y las cosas iban mal, solíamos pensar que algo

 no funcionaba bien en nosotros, que teníamos algo malo dentro. Los niños 
piensan que si pudieran hacer las cosas bien, sus padres (o quien sea) les 
amarían y no les castigarían ni les pegarían.
Así pues, siempre que el niño o la niña desea algo y no lo obtiene, piensa: 
«No valgo lo suficiente. Soy anormal, un retrasado». Entonces, cuando nos 
hacemos mayores rechazamos ciertas partes de nosotros mismos.
A estas alturas de nuestra vida, ahora mismo, es necesario que empecemos a
hacernos íntegros y a aceptar cada parte nuestra: la que hacía el tonto, la 

que se divertía, la que se asustaba, la que era estúpida y boba, la que 
llevaba la cara sucia.Todas y cada una de nuestras partes.
Creo que por lo general nos desconectamos, nos cerramos, alrededor de los 
cinco años. Tomamos esa decisión porque pensamos que algo no funciona bien
 en nosotros y ya no queremos tener nada que ver con ese niño o niña que
 somos.
También llevamos a nuestros padres dentro. Tenemos en nuestro interior al
 niño y a sus padres. La mayor parte del tiempo el padre (o la madre) 
reprende al niño, casi sin parar. Si prestas atención a tu diálogo interno,
 podrás oír el sermón. Podrás escuchar cómo papá o mamá le dice al niño que
 está haciendo algo mal o que no sirve para nada.
Lógicamente, entonces comenzamos una guerra con nosotros mismos;
empezamos a criticarnos de la misma forma en que éramos criticados: «Eres un
estúpido», «No sirves para nada», « Otra vez la has fastidiado». Se convierte en
costumbre. Cuando nos hacemos adultos, la mayoría de nosotros no hacemos el
menor caso de nuestro niño interior, o lo criticamos igual como nos criticaban.
Continuamos con la pauta una y otra vez.

* *
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John Bradshaw, autor de varios libros maravillosos sobre cómo sanar al niño
interior, dijo una vez que cuando llegarnos a adultos llevamos dentro 

25.000 horas de cintas grabadas con la voz de nuestros padres. ¿Cuántas horas 
de esas cintas crees que te dicen que eres un ser maravilloso? ¿Cuántas te dicen
 que te aman y que eres inteligente y brillante? ¿O que eres capaz de ser lo que 
desees ser y que cuando seas mayor serás una gran persona? En realidad,
 ¿cuántas horas de esas cintas te dicen «No, no, no» en todas sus formas?
No es nada extraño que nos pasemos la vida diciéndonos «no» y «debería».
 Lo que hacemos no es otra cosa que imitar a esas viejas cintas. Sin embargo,
 son sólo cintas, no la realidad de nuestro ser. No son la verdad de nuestra 
existencia.
 Son sólo grabaciones que uno lleva dentro, y se pueden muy bien borrar o 
volver a grabar.
Cada vez que digas que estás asustado, comprende que es tu niño interior el 
que está asustado. El adulto en realidad no tiene miedo; sin embargo, el 
adulto no está ahí para confortar al niño. El adulto y el niño necesitan
 entablar amistad, hablar el uno con el otro de todo lo que haces. Sé que 
puede parecer tonto, pero da resultado. Haz saber a tu niño que pase lo que
 pase nunca le vas a volver la espalda ni a abandonarle. Siempre estarás allí 
para acompañarle y amarle.
Si cuando eras pequeño tuviste una mala experiencia con un perro, por 
ejemplo, digamos que te asustó o incluso que te mordió, tu niño interior
 tendrá miedo de los perros, aunque tú seas un adulto grande y corpulento.

 Es posible que veas a un perro pequeño en la calle y que tu niño interior 
reaccione aterrado: « ¡Un perro! Me va a hacer daño». Ésta es una fantástica oportunidad para que tu padre interior le diga al
niño: «No pasa nada. Ahora soy adulto. Yo cuidaré de ti. No dejaré que el perro 

te haga daño. Ya no tienes por qué tener miedo». De esta forma comenzarás a 
hacer de padre con tu niño.

La curación de las viejas heridas

He descubierto que el trabajo con el niño interior es sumamente útil para curar 
las heridas del pasado. No siempre conectamos con los sentimientos del 
asustado pequeño que llevamos dentro. Si en tu infancia sentiste mucho miedo 
y angustia, y ahora te castigas mentalmente, continúas tratando a tu niño 
interior de la misma forma. Sin embargo, él no tiene ningún otro Sitio adonde
 ir. Es necesario que superes las limitaciones de tus padres. Necesitas
 comunicarte con el pequeño, que se siente perdido. Tu niño interior necesita 
saber que tú lo amas.



Tómate un momento ahora mismo y dile que te interesas por él: «Te quiero. Me
importas. De verdad te quiero». Tal vez le has estado diciendo esto a la persona
adulta que llevas dentro. De modo que empieza a decírselo también a tu niño.
Imagínate que le coges la mano y ambos vais a todas partes juntos durante 

unos días. Verás las felices y alegres experiencias que podéis tener.
Necesitas comunicarte con esa parte de ti mismo. ¿Qué mensajes deseas escuchar?
Siéntate en silencio, cierra los ojos y habla con tu niño interior. Si te has pasado

 62 años sin hablar con él, es posible que tengas que insistir unas cuantas veces 
para que el niño realmente crea que quieres hablarle. Insiste: «Deseo hablar 
contigo. Deseo verte. Deseo amarte». Finalmente lograrás la comunicación. 
Es posible que veas al niño dentro de ti, que lo sientas, que lo escuches.
La primera vez que hables con tu niño interior puedes comenzar por pedirle
disculpas. Dile que lamentas no haber hablado con él o haberle reprendido 

durante todos estos años. Dije que deseas compensar todo el tiempo que habéis 
estado separados. Pregúntale qué puedes hacer para hacerle feliz, y de qué tiene miedo. Pregúntale qué desea él de ti.
Empieza con preguntas sencillas; obtendrás respuestas.
«Qué puedo hacer para hacerte feliz? ¿Qué te gustaría que hiciéramos hoy?» Por
ejemplo, le puedes decir: «Me gustaría salir a caminar, ¿qué deseas tú?». El niño
puede contestar: «Ir a la playa». Así habrá comenzado la comunicación. 

Persevera. Si te puedes tomar unos instantes cada día para comunicarte con el 
pequeño que llevas en tu interior, la vida te va a resultar muchísimo mejor.

Cómo comunicarse con el niño interior

Puede que algunos de vosotros ya estéis trabajando con vuestro niño interior. 
Hay muchos libros y se organizan muchos talleres y conferencias sobre este 
tema. 
Al final del libro encontraréis una lista de títulos para estudios más avanzados.
John Pollard III ha escrito un libro excelente, Self-Parenting [Ser tu propio 
padre], con muchos ejercicios y actividades maravillosos que se pueden realizar 
con el propio niño interior; te recomiendo que lo leas. Como he dicho
 anteriormente,hay muchísima ayuda en este aspecto. No estás solo y 
desamparado, pero necesitas pedir ayuda para obtenerla.
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Otra sugerencia que te hago es que busques una fotografía tuya de cuando eras
niño. Mira la foto. ¿Ves a un niño desgraciado? ¿Ves a un niño feliz? Veas lo que
veas, comunícate con él. Si ves a un niño asustado, haz algo para tranquilizarlo. 

Busca varias fotos de tu infancia y habla con el niño de cada foto.
Es muy útil hablar con el propio niño interior frente al espejo. Si tenías un
sobrenombre cuando eras niño, utilízalo. Ten pañuelos a mano. Te sugiero que 

te sientes frente al espejo, porque si te quedas de pie saldrás corriendo por 
la puerta. Es mejor que te sientes con una caja de pañuelos y empieces a hablar.
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Otro ejercicio que puedes hacer es comunicarte con él mediante la escritura.
Aflorará también muchísima información, Usa dos bolígrafos o rotuladores de 

colores distintos. Con uno de ellos en la mano dominante escribe una pregunta.
 Con el otro en tu otra mano haz que el niño escriba la respuesta. Es un ejercicio fascinante.
Cuando escribe la pregunta el adulto cree que conoce la respuesta, pero cuando

 coge el bolígrafo con la mano no dominante, la respuesta suele resultar 
distinta a la esperada.
También podéis dibujar juntos. A muchas personas probablemente les encantaba
dibujar y pintar en su infancia, hasta que les dijeron que debían ser limpias y
ordenadas y no dibujar o pintar fuera de los márgenes. De modo que empieza a
dibujar nuevamente. Utiliza tu mano no dominante para dibujar una imagen de 

algún acontecimiento que acaba de suceder. Observa cómo te sientes. Hazle una pregunta a tu niño interior, déjalo que dibuje con tu mano no dominante, y ve 
qué dibuja.
Si te es posible, reúnete con un pequeño grupo de amigos, o con un grupo de
apoyo, para trabajar juntos con estas ideas. Por ejemplo, podéis hacer que 

vuestros niños dibujen y después sentaros alrededor y analizar atentamente el significado de los dibujos. La información que se obtiene de este modo puede 
ser increíblemente reveladora.
* *
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Juega con tu niño interior. Haz cosas que le gusten a tu niño. ¿Qué te gustaba 
de verdad hacer cuando eras pequeño? ¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste? 
Con demasiada frecuencia el padre o la madre que llevamos dentro nos impiden
divertirnos porque no es cosa de adultos. Así pues, tómate el tiempo necesario 

y diviértete. Haz las cosas tontas que hacías cuando eras niño, como saltar 
sobre montones de hojas o pasar corriendo bajo el chorro de agua de la 
manguera.
 Observa a los niños cuando juegan. Te traerá recuerdos de los juegos que jugabas.
Si deseas más diversión en tu vida, comunícate con tu niño interior y actúa desde
ese espacio de espontaneidad y alegría. Verás cómo comienzas a divertirte

 más, te lo prometo.



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¿Fuiste bienvenido cuando naciste? ¿Estaban realmente contentos tus padres de
que nacieras? ¿Se mostraron encantados con tu sexo, o deseaban un bebé del 

sexo opuesto? ¿Te sentiste «deseado»? ¿Se celebró tu llegada? Cualesquiera sean 
las respuestas, date la bienvenida ahora. Haz una celebración. Dite a ti mismo 
todas las cosas maravillosas que le dirías a un bebé que llega a su nueva vida.
¿Qué es lo que siempre deseaste que tus padres te dijeran cuando eras pequeño?
¿Qué es lo que siempre quisiste oír y que nunca te dijeron? Muy bien, dile
precisamente eso a tu niño. Díselo cada día durante un mes mientras te miras

 en el espejo. Observa lo que sucede.
Si tus padres eran alcohólicos o te maltrataron de pequeño, puedes meditar y
visualizarlos como a personas sobrias y cariñosas. Dale a tu niño lo que desea.
Probablemente ha estado privado de ello durante demasiado tiempo. Empieza

 a visualizar el tipo de vida que te gustaría llevar con tu niño interior. Cuando
 él se sienta seguro y feliz, podrá confiar en ti. Pregúntale: « ¿Qué tengo que
 hacer para que confíes en mí?». Lo repito, te quedarás sorprendido ante algunas respuestas.
Si tus padres no te demostraban cariño en absoluto, y te resulta francamente
difícil relacionarte con ellos, busca una imagen de lo que te parece que serían 

una madre y un padre amantes. Coloca las fotos de esos padres cerca de tu 
foto de cuando eras niño. Crea nuevas imágenes. «Re-escribe» tu infancia si es necesario.




* *
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Las creencias que aprendiste cuando eras pequeño aún las tiene tu niño interior.
 Si tus padres tenían ideas rígidas y tú eres duro contigo mismo y propenso a 
construir muros a tu alrededor, probablemente tu niño interior continúa 
conformándose a las normas de tus padres. Si sigues reprendiéndote por cada 
error, debe de ser bastante terrible para tu niño interior despertar cada 
mañana. « ¿A causa de qué me va a chillar y regañar hoy?»
Lo que nos hicieron nuestros padres en el pasado es un asunto de su conciencia.
Ahora somos nosotros los padres. Nosotros usamos nuestra conciencia.

 Si continúas negándote a cuidar de tu niño interior, es que estás estancado 
en un rencor justiciero.
Esto invariablemente significa que aún te queda alguien por perdonar. Así pues,

 ¿de qué no te has perdonado? ¿Qué necesitas dejar marchar? Bueno, sea lo que
 sea, deja que se vaya.
Si no prestamos atención a nuestro niño ahora, y no lo elogiamos, no es culpa de
nuestros padres. Ellos hicieron lo que creían que era lo correcto en 

ese tiempo y ese lugar. Pero ahora, en el momento presente, sabemos lo que 
podemos hacer para nutrir y criar a nuestro niño interior.
* *
*
Las personas que han tenido o tienen un animal doméstico saben lo que es llegar
a casa y que salga a recibirte a la Puerta. No le importa la ropa que lleves, ni si

 eres viejo y tienes arrugas, ni cuánto dinero has ganado ese día. Al animal sólo le importa que estás allí. Su amor es incondicional. Haz eso contigo mismo. 
Emociónate por estar vivo y por estar aquí. Eres la única persona con quien 
vas a vivir siempre.
Mientras no estés dispuesto a amar a tu niño interior, a los demás les resultará 

difícil amarte a ti. Acéptate sin condiciones y de todo corazón.



* *
*
Me parece que es muy bueno inventar una meditación para hacer que el niño
interior se sienta a salvo. Como yo fui una niña que sufrió incesto, he inventado

 una maravillosa imagen para mi pequeña.
 Vive en un ático muy alto y tiene un portero y dos perros grandes, de modo que sabe que jamás nadie le volverá a hacer daño.
Cuando logro hacer que se sienta absolutamente segura, entonces yo, como 

adulta, puedo ayudarle a liberar y olvidar las experiencias dolorosas.
No hace mucho me descentré y estuve llorando durante dos horas. Comprendí
que mi niña interior se sentía de pronto dolida y desprotegida. Tuve que decirle 

queella no era mala ni había hecho nada mal, sino que era su reacción a algo 
que había sucedido. De modo que tan pronto como pude hice algunas
 afirmaciones y medité, sabiendo que allí había un Poder mucho mayor que me 
apoyaría y me amaría.
Después de eso la pequeña ya no se sintió tan sola y asustada.
Además yo tengo una enorme fe en los ositos de felpa. Con mucha frecuencia el
osito es nuestro primer amigo. Es nuestro confidente, puesto que uno le puede 

contar todos sus problemas y secretos y jamás se chiva. Siempre está allí para
 hacernos compañía. Saca del armario tu osito y haz que tu niño lo coja una
 vez más.
Sería maravilloso que en los hospitales hubiera ositos en todas las habitaciones
para que cuando el niño interior se sienta solo y asustado a media noche, pueda
abrazarse a su osito.

Tus muchas partes

Las relaciones son fabulosas, los matrimonios son maravillosos, pero la realidad
 es que son temporales. En cambio tu relación contigo mismo es eterna. Dura 
para siempre. Ama a la familia que llevas dentro: el niño o la niña, el padre o 
la madre, y la adolescente y el joven que hay en medio.
Recuerda que también llevas a tu adolescente en tu interior. Dale la bienvenida.
Trabaja con él de la misma forma que lo haces con el niño. ¿Qué dificultades 

tuviste en tu adolescencia? Hazle preguntas a tu adolescente igual como se las 
haces a tu niño. Ayúdale a pasar por las amedrentadoras situaciones y los
 momentos de aprensión de la pubertad. «Corrige» esa época. Aprende a amar 
a tu  adolescente igual Como aprendes a amar a tu niño.
* *
*
No podemos amarnos y aceptarnos los unos a los otros mientras no amemos y
aceptemos a ese niño interior que se siente perdido. ¿Qué edad tiene ese niño? 

¿Tres, cuatro, cinco años? Generalmente tiene menos de cinco años, porque es 
entonces cuando se cierra y se desconecta por la necesidad de sobrevivir.
Coge a tu niño de la mano y ámalo. Crea una vida maravillosa para ti y tu niño.
Di: «Estoy dispuesto a aprender a amar a mi niño. Estoy dispuesto». El Universo
contestará. Encontrará la forma de curar a tu niño y también de curarte a ti. Si
deseamos sanar, tenemos que estar dispuestos a experimentar nuestros

 sentimientos y a pasar a través de ellos hacia el otro lado y conseguir así 
la curación. Recuerda, nuestro Poder Superior está siempre disponible para 
apoyarnos y alentar nuestros esfuerzos.
Fuera como fuese tu primera infancia, buena o mala, tú y únicamente tú estás
ahora a cargo de tu vida. Te puedes pasar toda la vida culpando a tus padres y

 al entorno, pero lo único que conseguirás con eso es mantenerte estancado 
en hábitos de víctima. Jamás te servirá para conseguir el bien que dices
 desear.
El amor es la mejor goma de borrar que conozco. El amor borra hasta los
recuerdos más dolorosos y profundos, porque penetra más al fondo que ninguna 

otra cosa. Si tus imágenes mentales del pasado son muy fuertes y te pasas la 
vida afirmando «Todo es culpa de ellos», te quedarás estancado. ¿Deseas una 
vida de dolor o una vida de alegría? Mírate a los ojos, y ámate y ama a tu niño
 interior.



Louise L. Hay
Extraído de:
“El Poder está Dentro de Ti”
Por: Louise L. Hay
Pág. 145 a 156
Ediciones Urano
29ª edición

Dr. Jean Seignalet



Dr. Jean Seignalet: Entrevista

“La alimentación es preventiva y curativa”

seignaletEl Dr. Jean Seignalet fue doctor en medicina. Autor de más de 200 publicaciones en las principales revistas médicas en lengua inglesa y francesa. Su actividad médica siempre estuvo relacionada con la química y la biología. Trabajó como médico inmunólogo en el hospital Saint-Eloi (Laboratorio de Inmunología) de Montpellier (Francia) y fue catedrático en la Universidad de la misma ciudad. Empezó a estudiar medicina en 1953 y tras 9 años de estudios y especialización, se dedicó a la biología, trabajando esencialmente sobre el sistema HLA (Humano Leucocito Antígeno), sin abandonar la clínica. Dirigió durante 30 años el Laboratorio de Histocompatibilidades de su hospital. Fue pionero en el trasplante de órganos y tejidos, en especial los renales. En 1988 comenzó a investigar sobre el mecanismo de ciertas enfermedades y a tratarlas con un régimen alimenticio. Su primer objetivo fue estudiar el reumatismo inflamatorio. Trabajó con 46 pacientes voluntarios enfermos de Poliartritis Reumatoidea, quienes siguieron las prescripciones dietéticas correctamente durante un año. Los resultados fueron de un 78% de éxitos francos y durables; y un 22% de éxitos no menos francos. En 1998 publicó “L’Alimentation ou la Troisième Médecine”(La alimentación, la tercera medicina). En 2003 publicó “Prévenir et guérir 91 maladies incurables par l’alimentation”(Prevenir y sanar 91 enfermedades incurables, por medio de la alimentación). Falleció en Montpellier el 13 de Julio del 2003.
¿Que es lo que le ha llevado como médico, a dar tanta importancia a la alimentación?
J.S: Me he curado de una grave depresión nerviosa imponiéndome un régimen alimenticio que excluía los cereales y los productos lácteos, y que era rico en productos crudos. Al cabo de cinco meses, sentí que me volvía la calma y, algunas semanas más tarde, volví a dormir bien y a tener un funcionamiento cerebral normal. Entonces me di cuenta, después de muchos años, que sufría porque me alimentaba mal. La alimentación forma parte integral de la medicina y es algo más que el “menos sal para los hipertensos y menos azúcar para los diabéticos”. Como soy por naturaleza curioso, y la mayor parte de las enfermedades tienen un origen misterioso, decidí experimentar con mis pacientes. He buscado comprender científicamente cómo una alimentación inadaptada podía acarrear una patología. Y cómo preparar un régimen eficaz y práctico para curarse. No tengo ninguna duda sobre este tema: la alimentación es a la vez preventiva y curativa.
¿Otras personas han explorado esta vía?
J.S: Desde los comienzos de la humanidad, nunca han faltado regímenes alimenticios. Pero pocos están basados en teorías científicas comprobadas. Entre todos estos regímenes, he seleccionado el de la Dra. Catherine Kousmine, el de Guy-Claude Burger y el del Dr. Jacques Fradin. Los dos primeros han establecido la relación entre las modificaciones alimenticias a lo largo de los siglos y la aparición de ciertas enfermedades raras en otro tiempo. Y el Dr. Jacques Fradin demuestra que, además de la predisposición genética de cada uno, los factores ambientales son dominantes en el 90% de las enfermedades. A partir de estas constataciones, cada uno ha elaborado su régimen
¿Usted piensa que la alimentación interviene en la aparición del cáncer?
J.S: Dos de cada tres cánceres dependen de la alimentación. ¡Atención! Distingo los cánceres hereditarios de los cánceres adquiridos. Los primeros están relacionados con anomalías genéticas, tales como ciertos cánceres de mama o de colon. Por el contrario, los cánceres adquiridos (cerca del 95%), incluso si se han encontrado genes predispuestos, son esencialmente provocados por ciertos factores ambientales: la alimentación, el tabaco, el amianto o los virus en el caso del cáncer de cuello de útero, por ejemplo.
¿Cómo explica el papel de la alimentación en la aparición del cáncer?
J.S: La alimentación moderna actúa sobre un órgano clave, el intestino delgado, aportando moléculas que nuestras enzimas no pueden degradar. Grandes moléculas de origen alimenticio se acumulan en la luz digestiva (el interior del intestino). Se modifica entonces la flora bacteriana, que se convierte en una flora de putrefacción. Algunas bacterias, más o menos patógenas, son destruidas por las respuestas inmunitarias locales, liberando grandes moléculas de origen bacteriano. Todo esto agrede la mucosa del intestino delgado y puede hacerla demasiado permeable. Entonces, las grandes moléculas, alimenticias y bacterianas, atraviesan la barrera intestinal y entran en la sangre. Se depositan en diversos tejidos y atascan el organismo. Este atascamiento impide a las células sanas y al medio extracelular, ejercer sus efectos reguladores sobre las células en vías de cancerización. Por otro lado, el proceso puesto en marcha por el organismo para depurar el medio extracelular de las macromoléculas que estorban, genera radicales libres. En mi opinión, la intoxicación intracelular es la razón principal de la cancerización de las células. Algunas macromoléculas extranjeras molestan progresivamente, bloqueando el funcionamiento de diversos mecanismos y la acumulación de desechos rompe ciertos equilibrios fisiológicos. Estoy persuadido que este envenenamiento prolongado de la célula termina por acarrear alteraciones del ADN nuclear y provocar anomalías genéticas que conducen al cáncer.
¿Qué ha experimentado en sus pacientes con el régimen ancestral?
J.S: He realizado un estudio sobre 1000 personas que han seguido este régimen durante cuatro años. Todos están libres de cáncer o leucemia; habían tenido un cáncer, pero se les considera curados. He tenido en cuenta todos los cánceres (salvo los de la piel, esencialmente debidos al sol), y he incluido el cáncer de pulmón con la condición que el paciente haya cesado de fumar. He verificado el valor preventivo de la alimentación comparando sobre esta población, el número “esperado”y el número “real”de cánceres aparecidos a lo largo del régimen ancestral. El número esperado de canceres se situaba en 18,42, y el número real ha sido 1. Este único caso fue la recaída de un cáncer de mama, hormonodependiente, en el cual se cometió la equivocación de no darle el tratamiento antiestrogénico.
¿Qué se puede esperar del régimen ancestral en el tratamiento de cáncer?
J.S: El número de casos, tengo que precisarlo, es demasiado pequeño para permitir evaluar el papel curativo de este régimen sobre el cáncer. De lo que estoy seguro es quela dietética limpia las células que han quedado sanas, lo que les permite jugar un papel protector. Pero no cumplirá milagros en casos avanzados y muy extendidos. Además, la mayor parte de estos pacientes continúan sus tratamientos clásicos. He observado buenos resultados en un hombre con cáncer de próstata, que con el régimen ancestral ha visto bajar su tasa de PSA (antígeno prostático específico) de 15 a 5, y mantenerse en este nivel durante tres años. Y sobre una mujer afectada de un cáncer de colon con metástasis hepática. Después de un año de dietética, la metástasis disminuyó y pudo ser extirpada quirúrgicamente. A los tres años, le había remitido el cáncer completamente. Pero, haría falta muchos más casos para apreciar realmente el valor curativo del cambio de alimentación. Este régimen permite en todos los casos soportar mejor la quimioterapia. Probando este régimen, las personas no corren ningún riesgo, es perfectamente equilibrado y no acarrea ninguna carencia. La dietética aparece como un instrumento muy interesante a utilizar.
Usted obtiene resultados interesantes y sin embargo sus colegas médicos no siempre creen en los beneficios de la alimentación.
J.S: Que no crean en esta teoría o incluso que les sea indiferente, puedo comprenderlo. Lo que me sorprende más, es que no quieran experimentarlo. Yo he cumplido con mi deber exponiendo mi teoría y no busco reconocimientos especiales. Yo trato gratuitamente a las personas, hago una docena de conferencias cada año para transmitir mis ideas a los médicos y al público en general.
Entrevista de Martine Laganier – www.medecines-douces.com
Publicado en Alternative Santé – L’Impatient (Francia)
www.nutriciondepurativa.com.ar

Intestinos....


Intestinos: Otra visión de los problemas


El desorden del funcionamiento intestinal trae aparejada una serie de patologías que prevalecen en la moderna diagnosis médica occidental. Algunas son fácilmente asociables, otras menos. Entre las más conocidas, podemos citar: flatulencia, cólicos, digestión lenta, estreñimiento, diarrea, parásitos, colitis, espasmos, divertículos, apendicitis, ulceraciones, colon irritable, colon dilatado, fístulas, cáncer de colon, enfermedad de Crohn, celiaquía, prolapso o candidiasis crónica. Ahondaremos aquí en consideraciones alternativas sobre algunas de ellas.
FLATULENCIA
Ciertos procesos químicos naturales del colon (como el metabolismo de la fibra celulósica) producen gases, algunos inodoros (bióxido de carbono) y otros olorosos (sulfuro de hidrógeno). Los gases no tienen mayores consecuencias para un intestino sano, que los genera en reducida cantidad; en cambio son perjudiciales para un intestino enfermo, que habitualmente los produce en gran volumen. Las obstrucciones generadas por costras o estreñimiento, suelen dificultar su expulsión, lo que origina dolores, retenciones e inflamaciones.
Los gases pueden provenir de procesos metabólicos normales y también de ciertos alimentos (bebidas carbonatadas, levaduras o incluso exceso de aire tragado); pero en general su presencia habitual denuncia condiciones anormales del intestino.
Nutrientes mal digeridos (el caso de las proteínas) son alimento para el desarrollo de microorganismos nocivos. Virus y bacterias desdoblan compuestos orgánicos mediante el proceso de putrefacción, lo cual genera desechos metabólicos perjudiciales. En esteambiente suelen proliferar parásitos, que también generan desechos tóxicos. Además de intoxicar tejidos y fluidos, estas toxinas impiden la supervivencia de microorganismos benéficos y necesarios. Los divertículos, que veremos luego, incrementan esta problemática, al acumular material generador de putrefacción.
Quien aborda un proceso de corrección nutricional, debe tener en cuenta que inicialmente se generará un empeoramiento de la situación. Al eliminar refinados y aportar fibra, la persona acusará mayor producción de gases, como consecuencia del necesario reordenamiento de la flora intestinal. Pero a pesar de este aparente retroceso, paulatinamente advertirá mejora en la expulsión de los gases y en la calidad de evacuación.
Cuando las correcciones nutricionales no surten efecto, estamos frente a un estado de salud peligrosamente crítico. Por ello no es recomendable “resignarse” a convivir con el problema, ni limitarse a eliminar todos aquellos alimentos que nos causen gases. Es prioritario trabajar sobre las causas y no sobre los efectos, a fin de evitar posteriores consecuencias graves.
DIVERTÍCULOS
Esta difundida problemática se genera por una suma de factores, pero el principal es la debilidad en las fibras musculares del intestino, sea por carencia de minerales como el silicio y/o por exceso de exigencia debido al estreñimiento. Esto genera una hernia en la pared del colon, que acumula material putrefactivo y promueve el desarrollo de microorganismos indeseables, convirtiéndose en fuente de infección, inflamación y toxemia.
También en este caso debemos orientarnos a remover la causa que genera el problema, más allá que se trate de divertículos gigantes que requieran cirugía. En lugar de modificar los hábitos equivocados, mucha gente se acostumbra a “coexistir” con el inconveniente, sin advertir los daños que genera el aumento del desorden tóxico y el peligro que representa la ruptura de una de estas hernias intestinales. Es muy habitual ver que la gente centra el problema en “fibra sí” o “fibra no”, sin preocuparse por remover las causas que generan esta atonía en las paredes del colon.
COLON IRRITABLE
Su lamentable “popularidad” va de la mano con los divertículos y es una consecuencia de los desórdenes nutricionales y el estrés. Llamada antiguamente colitis (inflamación de colon) o intestino espástico, actualmente el síndrome de colon irritable se ha convertido en el diagnóstico de moda para englobar a los pacientes con deficiencias intestinales crónicas. Precisamente sus síntomas son: dolor intestinal, alternancia de diarrea y estreñimiento, distensión abdominal, flatulencias, mucosidad en las evacuaciones, espasmos intestinales y una serie de padecimientos emocionales (depresión, ansiedad, fatiga crónica, malestar general, etc). A fuerza de medicación, aquí también la solución parece ser “acostumbrarse” a convivir con el problema.
Cala Cervera en su libro “Candidiasis crónica” da pistas interesantes sobre esta patología. “El principal error de diagnóstico es asumir que los síntomas provienen de un desequilibrio en el colon. Es mejor hablar de intestino irritable, pues la mayoría de las personas que padecen este síndrome, sufren un desequilibrio en el intestino delgado y por ello las exploraciones médicas del colon no suelen detectar anomalías y se cae en la cuestión emocional como causa”.
Posteriormente aporta su particular visión de la relación colon irritable-candidiasis crónica: “Nunca encontré que un paciente diagnosticado con colon irritable, al ser tratado y recuperado de candidiasis crónica, haya permanecido con los síntomas del diagnóstico original. Esto me hace pensar que la candidiasis crónica casi siempre genera un colon irritable, aunque no sucede a la inversa”.
“La candidiasis crónica provoca irritación en la pared del intestino delgado -continúa explicando Cala Cervera- y entre otras cosas esta irritación genera la destrucción de la enzima disacaridasa, presente en las vellosidades intestinales. Sin esta enzima, no se pueden metabolizar correctamente los azúcares presentes en cereales, granos, ciertas legumbres, papas y productos lácteos, produciéndose mala asimilación del alimento, fermentación, más irritación y desplazamiento de microorganismos colónicos hacia el intestino delgado, en busca de dichos azúcares no digeridos. Esto agrava la irritación; entonces el intestino aumenta la producción de mucosidad para proteger sus paredes, lo cual dificulta el contacto de los alimentos con la pared intestinal y las enzimas digestivas, incrementándose la fermentación, los gases y los ácidos que irritan el intestino. Como se ve, un perverso círculo vicioso de difícil escapatoria”.
CELIAQUÍA
Lo que se acaba de describir para el colon irritable, aporta una pista interesante para desarrollar una visión alternativa sobre la celiaquía, enfermedad en la cual se daña la vellosidad intestinal y por tanto hay mala absorción de nutrientes. La visión clásica de esta patología, considera que el daño de la mucosa del intestino delgado es consecuencia de una reacción anormal del sistema inmune frente al gluten (proteína presente en cereales, como el trigo). Aunque no se conocen las causas de tal reacción, la celiaquía se combate con dieta libre de gluten de por vida.
No habiendo certezas absolutas de los ciclos causa-consecuencia, y a la luz de los positivos resultados que arrojan las experiencias prácticas, bien vale la pena trabajar sobre un abordaje integrador. En nuestra opinión, el desorden intestinal, la toxemia corporal y el “tilde” inmunológico van de la mano en la generación de estas patologías. Desactivar estos factores resultará ampliamente positivo, más allá del rótulo que lleve la persona y de ignorar si fue “primero el huevo o la gallina”.
seignaletPor su parte el Dr. Jean Seignalet considera a la celiaquía como una enfermedad autoinmune que puede resolverse perfectamente con elrégimen alimentario, al ser consecuencia de un “tilde” inmunológico generado por los alimentos. Las remisiones que logró se basaron en surégimen ancestral, que además de trigo, cebada y centeno, eliminaba el maíz, los refinados, los lácteos animales y los aceites industriales.
Desde el libro “Apiterapia hoy en Argentina, Cuba, Uruguay y Colombia”,el Dr. Julio César Díaz aporta otro indicio interesante sobre el tema: “En principio, el diagnóstico de celíacos se aplica en forma muy generosa a quienes tienen trastornos de absorción y que mejoran con determinadas dietas. No se realizan los diagnósticos de certeza y el paciente queda con el rótulo y la dieta de por vida, ya que sólo se esquiva el problema. Muchos pacientes, y sobre todo lactantes, diagnosticados como celíacos, no lo son; simplemente tienen lo que sería un síndrome de mala absorción, muchas veces motivado por una “falta de maduración” de las vellosidades intestinales. El uso del propóleo, lo más precozmente posible, puede hacer madurar las vellosidades (merced a su acción epitelizante y estimulante de fibras elásticas), además de estimular los mecanismos de bioreglaje. Esto permite que la mala absorción y sus consecuencias desaparezcan definitivamente en 2 o 3 semanas.
Las dosis estarán reguladas según el tamaño del paciente, pero en lactantes se puede hablar de 5 gotas de solución alcohólica al 10% cada 8 hs, preferentemente con el estómago vacío y antes de las comidas. Recordemos que aquí no vale demasiado la contraindicación de no dar productos de la colmena a lactantes, motivada por la amenaza de Clostridyum botulinum, el cual es sensible al propóleo”.
APENDICITIS
El apéndice vermiforme es una especie de divertículo sumamente infiltrado por células linfoides, ubicado al inicio del colon y que frecuentemente se inflama, dando lugar a la apendicitis. Frente a este cuadro, y dado que no se le conoce función aparente, la opción es la extirpación quirúrgica. Es más, frente a una intervención abdominal, si el apéndice sano se halla a la vista, se lo extirpa por las dudas, para “prevenir” una apendicitis.
“¿Es acaso un criterio correcto extirpar un órgano sano?, se pregunta el Dr. Josep Lluis Berdonces. El que no sepamos exactamente para qué sirve, no quiere decir que sea un órgano inútil; si está en ese lugar, en medio del sistema intestinal, por algo será. Lo mismo ocurre con las amígdalas; extraerlas porque siempre se inflaman es como matar al cartero porque nos trae malas noticias. La acción no evitará que las malas noticias sigan produciéndose, solo impedirá que nos enteremos, lo cual es peor”.
Aunque oficialmente no se acepte del todo, el apéndice está relacionado con el sistema inmunológico, operando como una especie de estación emisora de anticuerpos en una zona con tendencia a la proliferación de microorganismos indeseables. Un grupo de investigadores publicó recientemente en el Journal of Theoretical Biology que el apéndice es un refugio para bacterias simbióticas que colaboran con el proceso de digestión y nos protegen de gérmenes dañinos.
Su inflamación no es otra cosa que un síntoma de colapso y nos advierte sobre graves desórdenes bacterianos e incorrecto funcionamiento intestinal. Obviamente la extirpación (más bien, mutilación) no resuelve las causas, y además del trauma operatorio generado, no hace más que debilitar la eficiencia inmunológica en una zona de alto requerimiento, dejando las puertas abiertas para un cáncer de colon. El sentido común indica, si la situación no está al borde del colapso, combatir la causa del problema: desinflamar la zona, limpiar los intestinos y regenerar la flora.

Extraído del libro “Cuerpo Saludable”
Autor: Néstor Palmetti

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