jueves, 7 de enero de 2021

Por qué el confinamiento no funciona y afecta a los más vulnerables

 Las consecuencias del confinamiento

Artículo del Dr. Joseph MERCOLA

HISTORIA EN BREVE-

  • El confinamiento ha causado dificultad, sufrimiento y muerte, ya que cerca de 163 735 empresas en los Estados Unidos cerraron sus puertas para el 31 de agosto de 2020. Mientras tanto, la riqueza colectiva de los 651 multimillonarios en los Estados Unidos aumentó más del 36 %
  • Un informe de abril de 2020 estimó que 3 millones de personas en el Reino Unido se habían quedado sin alimento durante las tres semanas anteriores. Se estima que 1 millón de personas había perdido todos sus ingresos
  • Una encuesta canadiense a principios de octubre de 2020 encontró que el 22 % de las personas experimentaron mucha ansiedad, hasta cuatro veces más que antes de la pandemia. De igual manera, el 13 % informó depresión severa. La epidemia de sobredosis también ha empeorado mucho este año
  • En Japón, donde no se implementaron medidas de confinamiento, las estadísticas revelan que se suicidaron más personas en el mes de octubre que las que murieron por COVID-19 en todo el año
  • Estas medidas también han aumentado las cifras de abuso doméstico, violaciones y abuso sexual infantil. Los niños también se ven afectados de manera social y evolutiva, incluso si no están expuestos a ningún abuso

El 9 de diciembre de 2020, Michael P. Senger, abogado y autor del artículo de septiembre de 2020, titulado "China’s Global Lockdown Propaganda Campaign", revisó los impactos ocultos del confinamiento global. Ivor Cummins también revisa los datos que demuestran la ineficacia de estas medidas.

Como era de esperarse, el cierre de negocios de manera prolongada genera deudas por la falta de ingresos. En agosto de 2020, Bloomberg informó que más de la mitad de los propietarios de pequeños negocios temía que sus negocios no sobrevivieran. Tenían razón.

De acuerdo con un informe de impacto económico de septiembre de 2020 realizado por Yelp, 163 735 empresas en los Estados Unidos cerraron sus puertas para el 31 de agosto de 2020, mientras que 97 966 de estas, o el 60 %, representan cierres permanentes. Como señaló Senger:

"El tema central del confinamiento es que los líderes se transformaron en tiranos, creyendo que tenían derecho a llevar a la bancarrota a todos".

La mayor transferencia de riqueza de la historia

Es extraño como buscan proteger la salud pública al cerrar los pequeños negocios mientras dejan abiertas las tiendas más grandes. No existe ninguna razón, aparte de trasladar la riqueza a las corporaciones multinacionales.

Aunque las personas de clase media se han visto obligados a solicitar el subsidio de desempleo, las cinco personas más ricas en el país aumentaron su riqueza hasta un 26 % entre el 18 de marzo y el 17 de junio de 2020. Desde el comienzo de la pandemia, la riqueza colectiva de los 651 multimillonarios en los Estados Unidos aumentó más del 36 % (1 billón de dólares). Los activos de estos 651 multimillonarios ahora duplica los ingresos combinados de 165 millones de personas en los Estados Unidos.

Como señaló Frank Clemente, director ejecutivo de Americans for Tax Fairness, "nunca antes se había visto dicha acumulación de riqueza en tan pocas manos".

Lejos de nivelar, el COVID-19 es el mayor esquema de transferencia de riqueza en la historia del mundo. De hecho, también puede considerarse como un robo de activos a gran escala que perjudica a la clase media y pobre. Un artículo del 14 de diciembre de 2020 en The Defender analiza quiénes se han beneficiado más de la pandemia, desde las industrias financieras y tecnológicas hasta los sectores farmacéuticos y de inteligencia militar.

Los pequeños negocios son los más afectados

De acuerdo con un artículo del 10 de agosto de 2020 de la revista Forbes, las medidas de la pandemia habían eliminado casi la mitad de todos los pequeños negocios de los afroamericanos a finales de abril de 2020. El artículo cita datos de un informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, el cual encontró que "estos negocios tenían más del doble de probabilidades de cerrar que los de sus contrapartes blancas".

Aunque los datos a nivel nacional sobre pequeños negocios demostraron que la propiedad empresarial activa disminuyó un 22 % entre febrero y abril de 2020, los negocios de los afroamericanos disminuyeron hasta un 41 %. Los negocios de los latinos sufrieron una disminución del 32 %; mientras que los negocios de los asiáticos un 26 % y los negocios de las personas blancas un 17 %. De acuerdo con Forbes:

“Al mismo tiempo, los negocios de los afroamericanos que ya se recuperaban de la Gran Recesión, entraron en la crisis con ‘menos efectivo, relaciones bancarias más frágiles y mayores brechas de financiamiento’. ‘Incluso los negocios con un mejor esquema estaban en desventaja financiera al inicio del COVID-19', decía el informe”.

Mayor inseguridad alimentaria

En los Estados Unidos, las personas se formaban en los bancos de alimentos unas semanas después del inicio de la pandemia. Un artículo del 12 de abril de 2020 en The New York Times mostró las largas filas de personas en Pittsburgh, Miami y otros lugares:

“En muchas ciudades, estas filas se han convertido en una señal de precariedad financiera, lo que demuestra la rapidez con la que la pandemia ha devastado las finanzas de los trabajadores.

En San Antonio, 10 000 familias comenzaron a llegar antes del amanecer del jueves para recibir cajas de alimentos. Por lo general, es posible observar a 200 o 400 familias durante una distribución normal de alimentos.

‘Es una ola de necesidad’, explicó Eric Cooper, presidente del Banco de Alimentos de San Antonio. ‘Ninguno tiene empleo. No tienen ahorros. No les sobra dinero del presupuesto. Se acabó el dinero. Solo demuestra lo desesperadas que están las personas’”.

La situación es muy parecida en otros países. Un informe del 10 de abril de 2020 del Financial Times citó los resultados de una encuesta que demostraban que cerca de 3 millones de personas en el Reino Unido se habían quedado sin comida durante las tres semanas anteriores. Se estima que 1 millón de personas ya habían perdido todas las fuentes de sus ingresos.

Anna Taylor, directora ejecutiva de Food Foundation en el Reino Unido, le explicó al Financial Times que existe un "problema de pobreza alimentaria que no se ha abordado" y que ahora se está volviendo evidente, lo cual sucedió unas semanas después de la pandemia. Después de nueve meses, están implementando de nuevo el confinamiento durante las vacaciones de invierno.

La salud mental está en peligro

Tampoco resulta sorprendente que forzar la pobreza tenga un efecto perjudicial en la salud mental. Una encuesta canadiense a principios de octubre de 2020, encontró que el 22 % de las personas experimentaron mucha ansiedad, hasta cuatro veces más que antes de la pandemia, mientas que el 13 % reportó tener depresión severa.

En los Estados Unidos, una encuesta de agosto de 2020 por la Asociación Americana de Psicología encontró que la generación Z es la más afectada, mientras que los adultos jóvenes de entre 18 y 23 años informaron mayores niveles de estrés y depresión.

7 de cada 10 en dicho grupo etario informaron síntomas de depresión durante las dos semanas anteriores a la encuesta. Entre los adolescentes de 13 a 17 años, el 51 % siente que la pandemia hace que sea imposible planificar el futuro. El 67 % de los encuestados en edad universitaria compartieron dicha preocupación.

Con la desesperación vienen los problemas relacionados con las drogas y, según la Asociación Médica Americana (AMA), la epidemia de sobredosis ha empeorado mucho y se ha vuelto más complicada este año. “Más de 40 estados han informado aumentos en la mortalidad por los opioides, así como mayores preocupaciones sobre las personas que sufren de una enfermedad mental o de un trastorno por uso de sustancias”, informó la AMA en un resumen actualizado el 9 de diciembre de 2020.

Una lista de noticias nacionales que incluía el informe de la AMA tenia reportes de un mayor número de casos de paros cardíacos relacionados con sobredosis, así como información de un mayor uso de fentanilo y de más muertes por opioides. Se han reportado muchas más muertes por sobredosis en Alabama, Arizona, Arkansas, California, Colorado, Delaware, Distrito de Columbia, Illinois, Florida y en muchos otros estados.

Las muertes de adultos jóvenes superan las cifras normales

Los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades demuestran que las medidas de la pandemia son más perjudiciales ya que, en comparación con años anteriores, el exceso de muertes entre las personas de 25 a 44 años ha aumentado hasta un 26.5 %, a pesar de que este grupo representa menos del 3 % de las muertes relacionadas con el COVID-19.

Los datos de los Centros para el Control y la Prevención

Es decir, en nuestro esfuerzo para evitar que las personas mayores e inmunodeprimidas mueran a causa del COVID-19, estamos sacrificando a personas que se encuentran en el mejor momento de sus vidas. Como señaló Senger:

“De acuerdo con los CDC, a pesar de las pruebas masivas de PCR y los falsos positivos, al menos 100 947 muertes ni siquiera están relacionadas con el COVID-19 EN LO ABSOLUTO. Es decir, más de 100 000 personas fueron asesinadas este año por el GOBIERNO".

El confinamiento aumenta el abuso doméstico

La desesperación también se refleja en las estadísticas que demuestran mayores cifras de abuso doméstico, violación, abuso sexual infantil y suicidios. Para julio de 2020, Irlanda reportó un aumento del 98 % en las personas que buscaban asesoramiento por violación y abuso sexual infantil.

Los datos del grupo Women's Aid demostraron que el 61 % de las víctimas informaron que el abuso había empeorado durante el confinamiento. El número de mujeres asesinadas por sus parejas también se duplicó durante las primeras tres semanas en el Reino Unido.

En los Estados Unidos, los datos de un hospital de Massachusetts revelaron un aumento en la atención de emergencia por violencia doméstica entre el 11 de marzo y el 3 de mayo de 2020, cuando el estado ordenó el cierre de las escuelas.

Durante este tiempo, se trató a 26 personas por lesiones causadas por abuso doméstico que incluyeron estrangulamiento, puñaladas, quemaduras y heridas de bala. Solo unas cuantas menos de las que se reportaron durante los años 2018 y 2019 combinados. Es decir, los casos de abuso doméstico fueron casi el doble de los que se registran en un año.

A principios de abril de 2020, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, advirtió un aumento de las cifras de abuso doméstico a nivel mundial relacionado con las medidas de emergencia de la pandemia, ya que las llamadas de ayuda en algunos países ya se habían duplicado. En los Estados Unidos, la cantidad de personas que buscaban divorciarse también fue un 34 % mayor entre marzo y junio de 2020 en comparación con el mismo período en 2019.

Los niños se han visto muy afectados

Mientras tanto, es menos probable que se detecte y se denuncie el abuso infantil a raíz de las clases virtuales. Como señaló Human Rights Watch:

“Más de 1 500 millones de estudiantes no asisten a la escuela. Es probable que la pérdida de empleo e ingresos, así como la inseguridad económica aumenten las tasas de trabajo, explotación sexual, embarazo y matrimonio infantil.

Las tensiones dentro de las familias, en especial las que viven bajo estas medidas, están aumentando la incidencia de la violencia doméstica. ‘Los riesgos que plantea la crisis para los niños son enormes’, según Jo Becker, directora de defensa de los derechos del niño en Human Rights Watch.

Es menos probable que se detecte el abuso infantil durante la pandemia, ya que las agencias de protección infantil han reducido el monitoreo para evitar la propagación del virus y los maestros no tienen la capacidad de detectar el maltrato con las escuelas cerradas".

Sin embargo, existen algunas señales de un aumento del abuso infantil, incluyendo un estudio británico que encontró un aumento del 1493 % en la incidencia de traumatismo craneoencefálico por maltrato entre los niños durante el primer mes del confinamiento, en comparación con el mismo período de tiempo en los tres años anteriores.

Los niños también se ven afectados de manera social y evolutiva, aunque no enfrenten abuso. En noviembre del 2020, el periódico The Guardian informó que muchos niños están experimentando un retroceso mental y físico como resultado del confinamiento.

The Washington Post informó que aumentaron las brechas de rendimiento escolar, mientras que la alfabetización temprana entre los niños se ha visto afectada este año.

De acuerdo con The Economist, los niños mayores de 10 años tienen una menor actividad física y pasan la mayor parte del tiempo jugando videojuegos y comiendo comida chatarra. De hecho, el cierre de parques y playas junto con pequeños negocios y escuelas fue una de las medidas más ignorantes y destructivas de todas.

Epidemia de suicidio

Evitar que las personas trabajen y cambiar toda su vida también ha aumentado mucho la tasa de suicidios, mientras que esto se hizo más evidente a las pocas semanas del confinamiento.

Como señaló Robert F. Kennedy Jr., una investigación de la década de 1980 encontró que por cada aumento en el desempleo había 37 000 muertes, 4000 encarcelamientos y 3300 ingresos en instituciones mentales. Kennedy también cita datos recientes de un hospital en San Francisco que indicaron que se registró la cifra de un año de suicidios en un solo mes, con un aumento del 1200 %.

En septiembre de 2020, el Cook Children's Hospital en Fort Worth, Texas, admitió una cifra récord de 37 niños que habían intentado suicidarse. La Dra. Kia Carter, directora de Psiquiatría de Cook Children's, le explicó lo siguiente a CBS:

“septiembre de 2020 ha sido el mes con más ingresos de pacientes suicidas en nuestro centro médico. El suicidio se ha convertido en la segunda causa principal de muerte de niños y adolescentes en el último año, en comparación con hace dos años cuando era la tercera causa de muerte".

En Japón, donde no se implementaron medidas de confinamiento, las estadísticas revelan que se suicidaron más personas en el mes de octubre que las que murieron por COVID-19 en todo el año. Aunque solo 2087 personas en Japón habían muerto por COVID-19 hasta el 27 de noviembre de 2020, el número de suicidios fue de 2153 solo en octubre. Las mujeres constituyen la mayor parte de los suicidios, mientras que las líneas de ayuda también informan que las mujeres tienen pensamientos de matar a sus hijos por desesperación.

Esto es mucho peor en otros países

Por horribles que sean todas estas estadísticas, ni siquiera comienzan a compararse con las tragedias que suceden en los países en desarrollo. En la India, millones de trabajadores migrantes se quedaron sin trabajo al principio de la pandemia, sin poder ganarse la vida y sin poder salir de las ciudades debido al confinamiento.

Las largas filas de personas que esperaban por sus alimentos se extendían por millas en Sudáfrica a fines de abril de 2020. En Arabia Saudita, "miles" de migrantes africanos, en su mayoría hombres etíopes, murieron por falta de comida y de agua en los centros de detención después de que se emitiera una moratoria sobre la deportación en abril, según un informe de agosto 30 de 2020 del diario The Telegraph.

Las Naciones Unidas estiman que las respuestas a la pandemia han "empujado a 150 millones de niños más a la pobreza, privados de educación, salud, vivienda, nutrición, sanidad o agua". A finales de abril de 2020 advirtieron que el mundo se enfrentaba a “una hambruna de proporciones bíblicas, con solo una cantidad limitada de tiempo para actuar antes de que cobre cientos de millones de vidas”.

“Todo esto por un virus que no provocó una mortalidad superior al promedio en países sin medidas de confinamiento y el cual la OMS estima que ya había infectado al 10 % de las personas en todo el mundo en octubre. Es decir, todo por nada". Escribe Senger.

La pandemia destaca desigualdades preexistentes de salud

De hecho, un número cada vez mayor de médicos, académicos y científicos ahora cuestionan la validez de las pruebas de PCR para diagnosticar "casos", la utilidad de los cubrebocas, la clasificación cuestionable de las muertes por COVID-19 y la supresión de métodos de prevención y tratamiento verificados, así como la seguridad y utilidad de las vacunas contra el COVID-19.

Existen problemas claros en todas estas áreas, sin embargo, las preguntas y el pensamiento lógico se enfrenta con resistencia y negación. Los líderes encargados de la pandemia no se han limitado a la hora de censurar la información contraria, casi sin excepción.

Cuando se trata de la enfermedad, sabemos que existen ciertas comorbilidades que aumentan el riesgo de complicaciones y muertes. Entre las principales se encuentran la obesidad, resistencia a la insulina y la deficiencia de vitamina D.

Aunque estas condiciones son muy comunes en general, son más frecuentes en las comunidades afroamericanas e indígenas, y cuando se combinan con la falta de acceso a la atención médica, estos grupos terminan siendo los más afectados por el COVID-19.

El COVID-19 es una guerra de clases

Aunque los medios de comunicación y las instituciones políticas y económicas afirman que la narrativa de la pandemia se basa en el consenso científico, es obvio que este no es el caso. Por ejemplo, no hay evidencia que respalde el uso de cubrebocas e incluso ahora hay menos apoyo científico para los confinamientos.

James Corbett analiza esta impactante revelación. Ahora, como muchos pequeños negocios están fracasando gracias a estas medidas y las oportunidades de empleo parecen escasas, los líderes mundiales se están uniendo al Foro Económico Mundial para solicitar un “Gran Reinicio” de la economía.

Esta no es una coincidencia. Este plan, que ha estado en proceso durante décadas, empoderará y enriquecerá aún más a los ricos, mientras esclaviza y empobrece a todos los demás. Es muy evidente el hecho de que la pandemia se haya utilizado para trasladar la riqueza de los pobres y de la clase media a los más ricos. Como señaló IPS News:

“La pandemia del COVID no ha sido el 'Gran Ecualizador' como sugirieron algunas personas como el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y miembros del Foro Económico Mundial. Mejor dicho, empeoró las desigualdades que existen de género, raza y de clase económica en todo el mundo".

La reestructuración a nivel mundial

En este punto, es obvio que cualquier persona se da cuenta que la pandemia se prolonga y se agrava por una razón, y, no precisamente porque los gobernantes se preocupen por la vida. Sino todo contrario.

Es una estratagema para esclavizar a la población mundial dentro de un sistema de vigilancia digital, por medio de un sistema tan inhumano que ninguna población racional seguiría de manera voluntaria.

"El 'Gran Reinicio' busca expandir el control corporativo de los recursos naturales y la vigilancia estatal de las personas", IPS News escribe. “En el 'Gran Reinicio', no quedaría mucha vida fuera del nexo tecnológico dominado por la agroindustria monolítica, farmacéutica, de comunicaciones, de defensa y otras corporaciones, y los gobiernos y los medios que las sirven.

Los promotores del 'Gran Reinicio’ imaginan un mundo feliz en el que 'no tendrá nada'. Y será feliz. Lo que quiera, lo tendrá que alquilar y se lo entregarán con drones.

Pero es más probable que esta revolución liderada por la élite haga de la mayoría de las personas un miembro impotente de la tecnología con poca conciencia y significado en sus vidas”.

También debe quedar claro que casi todas las restricciones pandémicas serán permanentes. Es decir, estos últimos nueve meses han sido un adelanto del mundo que quieren implementar como parte del nuevo orden social y económico.


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