Aprendamos a estar en Silencio...

Muchas veces tratamos de resolver algún problema
dándole vueltas y vueltas, por medio del pensamiento,
sin llegar a ninguna solución. Agotados por no
encontrar la solución, lo dejamos y nos vamos a descansar.

Al despertarnos, quedamos sorprendidos porque la solución
del conflicto aparece sin ningún esfuerzo mental.
Esto se debe a que al silenciar nuestra
mente, de forma natural, una inteligencia maestra
proveniente del silencio, produce la respuesta.
Aprender a quedarnos en silencio, no implica sólo
dejar de hablar, ya que podríamos dejar de hablar,
pero seguir pensando incesantemente.

Estar en silencio, es una forma de purificarnos o
limpiarnos de un montón de pensamientos que nos
mantienen acorralados. Por eso, es muy bueno
que diariamente encontremos algún momento para
quedarnos en silencio y descubrir nuestra verdadera
paz interior.

Vivir permanentemente apegados a los pensamientos
es como estar expuestos al calor incesante de un desierto,
mientras que estar silenciosos representaría un verdadero
oasis.

Cuando tomamos conciencia de que podemos salir de
las altas temperaturas del desierto y dirigirnos hacia el
oasis, no tendremos necesidad de hacer ningún esfuerzo.

PARA PONER EN PRÁCTICA

1) Elige algún lugar donde puedas estar muy tranquilo.
Observa el parloteo interior producido por los pensamientos,
sin tratar de modificarlo, ni hacer esfuerzo alguno.
Dirige tu atención a los breves lapsos de silencio,
en donde no hay ningún tipo de ideas.

2) Disfruta del silencio interior y la paz que te produce
no estar pensando todo el tiempo, por lo menos una
vez al día, durante 15 a 20 minutos.
Si la mente sigue pensando o parloteando, déjala y no
luches para silenciarla, porque parloteará más.
Al dejarla y no controlarla, poco a poco,
se tranquilizará.

3) Recuerda que estar en silencio interior no significa
ser alguien tonto que no percibe nada, muy por el contrario,
estarás plenamente consciente de todo lo que sucede.

Roberto Tirigall