viernes, 9 de mayo de 2014

Reacciones

( Osho)






El verdadero problema es que uno acaba siendo engañado 

por sus propios engaños. 

Para que seas auténtico t
en conocimiento de lo que es real,
 tu realidad, porque sólo una  realidad se puede cambiar. 

Si quieres transformarte a ti mismo, debes conocer tu realidad.

 No puedes cambiar una ficción.

Primero conoce la realidad tal como es. ¿Cómo conocer la realidad?

 Percíbela sin tus interpretaciones.

Entonces puedes hacer muchas cosas para producir en ti un cambio,

 porque las realidades se pueden cambiar; las ficciones no se pueden 
cambiar.
 Entra en ti y observa todo lo que haces o piensas. Descubre la realidad, 
y no dejes que las interpretaciones y las palabras la coloreen, la embellezcan.

Si existe esta consideración, con el tiempo te volverás auténtico. 

Y esta autenticidad no será como la de un animal. 
Esta autenticidad será como la de un santo, porque cuanto más sepas 
lo feo que eres, cuanto más sepas lo violento que eres, cuanto más te 
adentres en tu realidad y tomes consciencia de las tonterías que estás
 haciendo, más te ayudará esta consciencia. Y con el tiempo tu fealdad
 se marchitará, desaparecerá, porque si eres consciente de tu fealdad, 
ésta no puede continuar.

No puedes ocultar tu fealdad a los demás. Sólo puedes ocultártela a ti mismo.

Deshazte de tus interpretaciones y mira la realidad de lo que eres.

 Y no tengas miedo: hay mucha fealdad ahí. Si tienes miedo, 
nunca serás capaz de cambiarla. 
Si esta ahí, acepta que está ahí: considérala.

Eso es lo que significa consideración: considérala, mírala en toda su desnudez. 

Obsérvala toda, vete hasta sus raíces, analízala. Ve por qué está ahí,
 cómo la alimentas, cómo la proteges, cómo ha crecido hasta 
llegar a ser un árbol tan grande. Ve tu fealdad, tu violencia,
 tu odio, tu ira, cómo la has protegido, cómo la has ayudado a crecer hasta ahora. 
Mira sus raíces; mira todo el fenómeno.

Si la consideras totalmente, puedes dejarla inmediatamente, 

ahora mismo, porque eres tú quien ha estado protegiéndola. 
Eres tú quien ha estado ayudándola a arraigarse en ti. Es tu creación.
 Puedes dejarla inmediatamente; ahora mismo. Puedes dejarla,
 y entonces no hay necesidad de volver a mirarla. 
Pero antes de poder hacer esto, tendrás que conocerla: 
lo que es, todo el mecanismo, toda su complejidad, cómo la ayudas
 en todo momento.

Si alguien te dice algo insultante, ¿cómo reaccionas? 

¿Has pensado en ello alguna vez: en que puede que tenga razón 
quien te insultó? ¡Entonces mira! Puede que tenga razón.
 Existen todas las posibilidades de que él tenga más razón con respecto
 a ti que tú con respecto a ti mismo, porque él está distanciado,
 distante; él puede observar.

Así que no reacciones. ¡Espera! Dile: «Consideraré lo que has dicho.

 Me has insultado, y consideraré cuál es la realidad.
 Puede que tengas razón. Si tienes razón, entonces te daré las gracias.
 Deja que lo considere. Y si encuentro que no tienes razón, te lo diré».
 Pero no reacciones.

Y recuerda:

La reacción nunca puede estar en lo cierto. iNunca puede estar en lo cierto!

 Si me insultas, creas la posibilidad de que me enfade. 
Y cuando estoy enfadado, no soy consciente.
 Diré algo que nunca he pensado sobre ti. En este mismo instante, 
debido a tus insultos, reacciono de manera violenta.
 Un momento después puede que me arrepienta.

No reacciones: considera los hechos. Y si tu consideración es total,

 puedes dejar cualquier cosa. Está en tus manos.
 Eso está ahí porque tú te estás aferrando a ello.
 Pero puedes dejarlo inmediatamente, y no habrá represión; 
recuerda. Si has considerado un hecho, nunca hay ninguna represión.
 O te gusta y continúas con ello, o no te gusta y lo dejas.

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